Tres guardias civiles, heridos leves en un atentado en Galdácano

Tres miembros de la Guardia Civil resultaron levemente heridos ayer en un atentado con explosivos perpetrado en las afueras de Galdácano (Vizcaya). Los guardias civiles Manuel Enrique Pruazo, Leoncio Sainz Alonso y Francisco Martín Espinosa sufren lesiones en los oídos.El atentado se registró a las 6.20 horas, cuando una patrulla de la Guardia Civil, de siete hombres, salía de su relevo en la fábrica que Explosivos Riotinto tiene a dos kilómetros de la localidad vizcaína.

Los guardias civiles se dirigían a pie, en hilera y separados, desde las instalaciones de la citada fábrica hasta el cuartel del cuerpo en Galdácano, que dista cerca de dos kilómetros.

Cuando la patrulla se encontraba a medio camino, a la altura del parque de Máximo Moreno, hizo explosión un artefacto colocado en una arqueta de alcantarilla, situada concretamente en el cruce de la carretera N-634 con la comarcal que conduce a la fábrica de explosivos.

Más de dos kilos de Goma 2

El artefacto estaba compuesto por más de dos kilos de Goma 2 y fue accionado por un sistema de encendido a distancia, según señalaron fuentes oficiales. La onda expansiva causó lesiones leves a los tres guardias civiles citados y a dos de ellos los tiró al suelo. Su efecto también destrozó los cristales de algunas viviendas situadas en las inmediaciones.

A continuación, la Guardia Civil instaló controles en las carreteras cercanas al lugar de los hechos.

Según indica el parte médico, los tres heridos sufren "trauma acústico y cefalea acúfena" (sensación auditiva que no es motivada por ninguna excitación externa), de pronóstico leve. El primero de ellos, además, padece "rotura del tímpano del oído derecho". Fueron atendidos en el hospital de Cruces, en Baracaldo, (Vizcaya) y posteriormente pasaron a sus respectivos domicilios.

Según indicaron fuentes oficiales, el relevo de retenes de la Guardia Civil en la fábrica de explosivos de Galdácano se realiza tres veces al día, siempre a pie y con una distancia de siete u ocho metros entre cada hombre, en previsión de atentados como el sucedido o de supuestos ametrallamientos.