La familia de Miró paga los impuestos de la herencia con 24 óleos y 203 grabados

El Estado ha recibido 24 óleos y 203 grabados de Joan Miró como pago de los derechos de sucesión de la herencia del pintor, según anunció ayer el ministro de Cultura, Javier Solana.En el portal de la casa de Miró en Son Abrines, y tras ser saludado por la hija del pintor, Dolores Miró, el ministro de Cultura y portavoz del Gobierno comunicó ayer a la Prensa la firma del documento que sentencia el intercambio acordado entre la familia del pintor y el Estado.

Tras manifestar la satisfacción del Gobierno por el acuerdo, el ministro de Cultura describió la ocasión como "la mejor oportunidad para inaugurar una ley que engrandecerá el patrimonio artístico nacional".

Javier Solana, que llegó a la base militar del aeropuerto de Son San Juan en un avión de las Fuerzas Aéreas, abandonó la isla hacia Madrid tras almorzar con la familia Miró y recoger los cuadros canjeados para su inmediata exposición en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.

Estas obras entregadas por la familia forman parte de un grupo distinto del que Pilar Juncosa, viuda de Miró, regalará al Museo del Prado y pertenecientes a su colección particular.

Representantes de la familia Miró concedieron a este segundo gesto de donación un plazo razonable de tiempo "para reposar del ajetreo de estos meses y a la espera de que acabe el verano".

Según Luis Juncosa, cuñado del pintor y albacea testamentario, la decisión tomada por la viuda, Pilar Juncosa, de ceder al Museo del Prado, de Madrid, parte de su colección particular responde plenamente a las apetencias y deseos explicitados por Joan Miró antes de su muerte. "Joan Miró dotó suficientemente a la Fundación Miró de Barcelona y a la Fundación Pilar y Joan Miró de Palma de Mallorca. El gesto de mi hermana forma parte de sus libres decisiones privadas y además llevará la obra de Joan Miró al museo de arte español más importante", manifestó Luis Juncosa.

La condición expresada por Pilar Juncosa para hacer efectiva esta donación consiste, según sus propias declaraciones, en que las obras de Joan Miró sean instaladas en una sala propia del Museo del Prado.