Arabía Saudí anuncia un cambio radical en su política petrolera

El rey Fahd, de Arabia Saudí, país principal exportador de crudos del mundo, ha reconocido un cambio drástico de su política petrolera al anunciar que su país no tiene la intención de seguir sacriricándose manteniendo su producción a un nivel inferior al de su cuota OPEP para sostener artificialmente el precio del barril fijado por esta organización.

En un discurso pronunciado ante los estudiantes de la universidad de la ciudad santa musulmana de La Meca, el monarca señala que Arabia Saudí se encuentra en "la misma situación" que otros países productores de petróleo forzados por circunstancias especiales a conceder descuentos, producir por encima de la cantidad autorizada y llevar a cabo operaciones de trueque.Además de indicar indirectamente que su país tiene la inten ción de producir la totalidad de su cuota OPEP de 4,35 millones de barriles al día -lo que ya anticipó su ministro de Petróleo, jeque Zaki Yamani-, el rey reconoce también implícitamente en su alocución que su Gobierno no se opone al consentimiento de reducciones por debajo de las tarifas estipuladas.

Los diarios kuwaití Al Watan y británico Financial Times revelaron a mediados de mes que Riad había concluido acuerdos para la venta de petróleo con al menos tres compañías norteamericanas -también se mencionaron los nombres de la Mitsubishi japonesa y la Shell holandesa- basados en el precio del mercado libre, inferior en dos o tres dólares por barril al decretado por la OPEP.

Déficit presupuestario

Estos contratos, cuyo volumen es estimado por el Middle East Economic Survey (MEES) en 800.000 barriles diarios, permitirán absorber el alza de la producción saudí de crudo, que después de haberse situado en agosto a su nivel más bajo desde hace 16 años -2,2 millones de barriles al día-, Yamani desea colocar a principios de octubre en 3,5 millones, para alcanzar posteriormente la totalidad de la cuota permitida.Estas decisiones, tomadas para colmar un déficit presupuestario evaluado por la banca occidental en 20.000 millones de dólares, se han visto favorecidas por la súbita disminución de las exportaciones de Irán tras los repetidos bombardeos por la aviación iraquí de su terminal de Jarg, por donde transitaba el 90% de sus ventas.

Las palabras del monarca wahabí han sido también interpretadas como una solemne advertencia, formulada días antes de la celebración en Ginebra de la próxima reunión de la OPEP, a todos aquellos miembros de la organización, como Ecuador, Gabón, Qatar y, sobre todo, Irak que han expresado su intención de soficitar un aumento de sus cuotas. En una reciente entrevista publicada en el diario saudí Al Yaum, el titular iraquí de la cartera de Petróleo, Kassem Taki, confirmó que Bagdad pretendía obtener un incremento de su cuota.

"Si el aviso saudí es entendido por los demás exportadores", afirmaba en un comentario publicado antes del discurso real la revista especializada MEES, "la producción saudí no rebasará su actual cuota. Pero si la advertencia es ignorada y los demás responden bajando sus precios e incrementando la extracción por encima de sus respectivas cuotas, Arabia Saudí está dispuesta a bombear toda su capacidad de producción, entre ocho y 10 millones de barriles diarios". El precio del barril se situaría entonces muy por debajo de los 20 dólares.