El Gobierno quiere concentrar en el debate de febrero las discusiones sobre la fecha y la pregunta del referéndum

El Gobierno quiere condensar en un único acto parlamentario el debate de política exterior, la petición de autorización a las Cortes para convocar el referéndum sobre la OTAN y la fijación de la pregunta que se formulará en el mismo, según indicaron fuentes del Congreso. Todo ello se realizará en el debate de política y seguridad anunciado por el presidente Felipe González para el próximo 4 de febrero. Los grupos parlamentarios de oposición, no obstante, forzarán a que se adelante algún aspecto de este debate el próximo miércoles en virtud de diversas interpelaciones.

"Ningún precepto reglamentario obligará al Gobierno a adelantar el debate", dijo ayer Virgilio Zapatero, secretario de Estado para las relaciones con las Cortes, como manifestación expresa de que toda respuesta a estas interpelaciones no se dará hasta el 4 de febrero próximo.El Grupo Popular presentó ayer una interpelación y otro tanto hicieron conjuntamente el Grupo Nacionalista Vasco y Minoría Catalana.

Este último grupo intentó, la pasada semana, a través de una interpelación, solicitar explicaciones del Gobierno sobre el aplazamiento del debate de política exterior previsto para este mes, intención que resultó interceptada por los populares, que presentaron otra relativa a la seguridad ciudadana, que fue debatida el miércoles en virtud de la prioridad que tiene este grupo mayoritario.

En el deseo del Grupo Popular de no dejar la iniciativa en este asunto a Minoría Catalana, ayer presentaron una interpelación casi de idéntico contenido a la de los nacionalistas catalanes y vascos. Por ello, el próximo miércoles el Gobierno tendrá que responder en dos actos diferentes pero seguidos en el tiempo a la misma cuestión.

A pesar de estas iniciativas, el Gobierno no parece que entrará en detalles, y remitirá a una explicación detallada para el próximo 4 de febrero. Otra vertiente que puede dificultar los propósitos de la oposición es la previsible ausencia de España del ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, en la próxima semana, al estar acompañando a los Reyes en su viaje oficial a Omán.

Dos posibilidades

El secretario de Estado para las relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, apuntó ayer dos posibilidades: en ausencia de Fernández Ordóñez cualquier ministro del Gobierno puede hacer frente a las interpelaciones, o el Ejecutivo puede hacer uso de la facultad de aplazar por una semana estas interpelaciones. El fondo de la cuestión no variará mucho en cualquiera de los casos, a tenor de las declaraciones de Zapatero. "Ningún precepto reglamentario obligará al Gobierno a adelantar el debate de política exterior del día 4", expresó el secretario de Estado.

El Gobierno se reserva toda explicación sobre la política de seguridad para el próximo 4 de febrero, día en el que previsiblemente se dará a conocer a la Cámara la pregunta que se formulará en el referéndum y se pedirá la autorización para convocar la consulta, según apuntaron ayer fuentes parlamentarias de toda solvencia. "A partir del 4 de febrero comienza la cuenta atrás para celebrar el referéndum, que puede situarse entre los 30 y 45 días siguientes, es decir, entre el 4 y el 19 de marzo", dijeron las mismas fuentes.

Pregunta de los 'populares'

"¿Cuáles son los propósitos de política general del Gobierno para clarificar la posición española respecto de los problemas que se han denominado de paz, seguridad y defensa?", pregunta en su interpelación el portavoz del Grupo Popular, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón. En el preámbulo, Herrero califica de "incomprensibles" los sucesivos aplazamientos gubernamentales del debate de política exterior. En ningún momento los populares se refieren al referéndum sobre la OTAN. "Los problemas internos del partido del Gobierno no pueden ser excusa para posponer. indefinidamente puntos que tan seriamente afectan a la seguridad y la paz de todos los españoles", se dice en el texto.

"El hecho de los aplazamientos no es menos trascendente en el plano internacional, en donde las actitudes del Gobierno no consiguen más que confundir a aquellas instituciones y foros donde España debe tener legítimamente presentes su voz y su voto, y sólo pueden redundar en perjuicio de los intereses nacionales", se considera en el texto del grupo Popular.

Los grupos parlamentarios Minoría Catalana y Vasco, en su interpelación conjunta, tampoco hacen referencia alguna al referéndum. "¿Cuál es la posición definitiva del Gobierno sobre los temas que afectan a la seguridad y defensa de España?", preguntan.

A excepción de algunos diputados del Grupo Mixto, el resto de la Cámara legislativa se opone a la celebración del referéndum, y son partidarios todos ellos de no participar en él si el Gobierno persiste en su actitud.

En medios gubernamentales y del Grupo Parlamentario Socialista nadie duda de que éste vaya a celebrarse, a pesar de esta mayoritaria oposición.