Cuestión política

Leyendo su artículo del 26 de enero Una cuestión política se me ocurren dos razones fundamentales por las que se ha de convocar el referéndum sobre la OTAN, que deberían añadirse a las citadas en su artículo.1. Porque la permanencia o no en la OTAN es una decisión grave que afecta a todos los españoles. Insinuar que la mayoría de las personas no tiene conocimiento sobre este tema y, por tanto, no tiene capacidad de decisión, es, simple y llanamente, despotismo. Por los mismos motivos se podría haber pretendido que el referéndum de la Constitución de 1978 hubiese estado limitado tan sólo a jueces y letrados. Infórmese cumplidamente, y consúltese.

2. Porque se prometió en la campaña electoral. No se trata de que un gobernante no pueda cambiar de opinión, aun en un tema fundamental como este, sino de la esencia misma del sistema democrático.

Durante una campaña electoral, los votantes deciden a quién van a confiar su voto, en base a la confianza que les merecen los partidos y las personas que los representan y, tan importante o más, en base a los programas y promesas electorales que estos partidos pretenden llevar a cabo si llegan a formar Gobierno.

La campaña electoral de 1982 ya fue pobre de por sí en cuanto a precisiones programáticas (baste recordar que el PSOE reconoce haber prometido convocar un referéndum, pero no que éste tuviese como finalidad salir de la OTAN).

Así las cosas, de no realizarse el referéndum, tres de las promesas electorales más concretas del PSOE -800.000 puestos de trabajo, jubilación a los 64 años y referéndum sobre la OTAN-, pilares de su triunfo electoral, quedarían sin cumplir. Lo realmente grave de esta situación es que, de hecho, en una campaña electoral se podría prometer cualquier cosa con tal de ganar las elecciones, para luego, una vez en el Gobierno, hacer cualquier otra. Esto convertiría las elecciones en una especie de ruleta democrática, donde uno sabe a quién elige, pero no para qué. Inútil recordar que la soberanía reside en el pueblo.

Desde luego que, como usted indica en su artículo, una derrota gubernamental abriría un vacío político imprevisible, no exento de riesgos y contradicciones, pero, en su caso, no peores que los inherentes a desvirtuar el sistema democrático, convirtiendo las campañas electorales en meras fiestas con globos y go-go girls.

Sí el resultado del referéndum, fuera el que fuese, aconsejase a don Felipe González disolver las Cámaras y convocar nuevas elecciones, seguramente las volvería a ganar, aunque posiblemente no por un margen tan amplio. Pero habría diferencias básicas con la situación actual: a) tendría que presentar un programa concreto; y b) los escaños que obtuviese tendrían una base sólida y no se apoyarían en un globo lleno de promesas incumplidas o imposibles de cumplir.

Por todo ello, independientemente de mi postura ante la OTAN, que no expongo en esta carta por motivos de espacio, considero la convocatoria del referéndum una necesidad democrática consecuente con la honradez en la gestión de la que, en otros campos, ha hecho gala nuestro presidente del Gobierno.- .