Una bomba de mediana potencia estalla en Torremolinos

Una bomba de mediana potencia estalló en los servicios del vestíbulo de un hotel de Torremolinos causando daños materiales de distinta consideración. Los clientes que en ese momento dormían en el hotel no se apercibieron de lo ocurrido hasta la llegada de la policía. Por otra parte, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) calificó ayer de "locura" la amenaza de ETA Militar de desencadenar una nueva campaña de sabotaje en zonas turísticas y la respuesta de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), que advirtieron el lunes por la noche, en llamada telefónica al diario Deia, que colocarán una bomba en Euskadi por cada explosivo que haga estallar ETA.

La explosión se produjo a las seis de la mañana, en los servicios del vestíbulo del hotel Cervantes y causó algunos daños materiales. El artefacto utilizado estaba compuesto de trilita y, aunque el atentado no ha sido reivindicado por el momento, su autoría se atribuye a la organización terrotista ETA. El Gobierno Civil de Málaga se limitó a informar de que se había producido una explosión y que, según los primeros indicios, parecía estar provocada por una acumulación de gas. El director del hotel, Pedro Pagoaga, muy nervioso, negó incluso que se hubiera producido la explosión, al ser preguntado por este periódico. "Aquí no ha pasado nada" dijo, "no se por qué llaman los periodistas". Este periódico pudo confirmar, asimismo, que el pasado día 20, la policía encontró otro artefacto similar en el hotel Meliá Torremolinos, colocado igualmente en los lavabos de la entrada del establecimiento.Por su parte, dirigentes de Herri Batasuna indicaron respecto a la ofensiva anunciada por ETA que la coalición no es portavoz "de ninguna otra organización del Movimiento de Liberación Nacional Vasco" y "no tiene por qué tener una opinión política que la pueda transmitir con la legislación vigente, que incluye la ley antiterrorista". Herri Batasuna recordó que en su comunicado ETA afirma "que no tiene nada en contra de los trabajadores del Estado", según informa desde Bilbao Victorino Ruiz de Azúa.

Protagonistas electorales

Un portavoz de la oficina de prensa del PNV declaró que "esperamos que estos grupos no se conviertan en protagonistas de las elecciones, porque no tienen derecho a mantener en vilo a la población, aunque desgraciadamente suelen cumplir sus amenazas".Para el Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE), las amenazas de ETA no son sorprendentes y entran "en su dinámica habitual de atentar contra los intereses de los trabajadores, al tiempo que ofrece cínicamente su solidaridad de clase".

Xabier Markiegui, portavoz de Euskadiko Ezkerra, dijo que su partido está harto de hablar de la violencia y convencido de que éste es el problema más fácil de resolver en Euskadi "si Arzalluz deja de darles balones de oxígeno".

Jaime Mayor Oreja, de Coalición Popular, manifestó que las amenazas de ETA y GAL "son muestra de un deseo de desestabilizar este país" y vienen a recordar que "sobran las posiciones mínimamente triunfalistas sobre la erradicación del terrorismo, como las del PSOE últimamente".

Por otra parte, el presidente de la Asociación de Hostelería de Tarragona, Joan Pedrell, considera que la amenaza etarra no afectará al turismo de la zona en mayor medida que la delincuencia común. Aunque reconoce que la actividad terrorista puede tener mayor eco que los robos u otros delitos comunes, informa Lola Lara.

Las nuevas amenazas de ETA no han sorprendido en la sede de la delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana, donde un portavoz señaló ayer que desde la pasada Semana Santa se tenía conocimiento de que ETA iba a repetir la campaña del año pasado. Por este motivo fueron adoptadas medidas especiales de seguridad, que continuarán vigentes durante todo el verano.

Entre los meses de marzo y junio de 1985, ETA colocó 11 artefactos explosivos en diversas playas de la comunidad valenciana, de las que nueve explotaron, aunque sin producir víctimas.

El conseller de Turismo del Gobierno balear, Jaime Cladera, calificó la amenaza. "como una desgracia ya tradicional para los que tenemos relación con el turismo", según informa Efe.