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Piden la libertad para un preso que salió de la cárcel por error y paso dos años en su casa

Dieciséis abogados han pedido, en un escrito dirigido al Ministerio de Justicia con fecha del 24 de febrero, que se conceda el indulto al preso Juan Antonio Gómez Tobar, encarcelado en la prisión de El Puerto de Santa María después de que a consecuencia de un malentendido de la Administración de justicia disfrutara de dos años de libertad. Oportunidad que no aprovechó para escapar, sino que se quedó en su pueblo, encontró trabajo e incluso compró una tierra para trabajarla.Los abogados sostienen que desde su nuevo encarcelamiento Gómez Tobar sufre una serie de represalias agudizadas por la proximidad del juicio por la muerte del preso Agustín Rueda, acaecida en Carabanchel el 13 de marzo de 1978, causa en la que Gómez Tobar es testigo de la acusación particular contra los funcionarios y el director de la cárcel.

Juan Antonio Gómez Tobar y José Manuel Martín Aranda (la hermana de Martín Aranda, Matilde, es la esposa de Gómez Tobar) fueron condenados a 30 y 29 años de cárcel respectivamente por las muertes de un guardia civil y un turista, ocurridas en Fuengirola en 1976. Gómez Tobar estaba en Carabanchel cuando el 13 marzo de 1978 el anarquista Agustín Rueda, el propio Gómez Tobar y cuatro presos más fueron presuntamente torturados por un grupo de funcionarios que, según la acusación particular, cumplían órdenes del director de la prisión. Agustín Rueda murió al día siguiente, y Gómez Tobar es ahora uno de los testigos de la acusación particular.

El 30 de Julio de 1984 Gómez Tobar está de nuevo en la prisión de Málaga y, obtiene un permiso de siete días para "que pueda ser operado de la rectofagia que padece". El período de recuperación se alarga y la mujer del paciente, Matilde Martín Aranda, obtiene del juez de vigilancia penitenciaria un nuevo permiso de otros siete días, sin estar sometido a vigilancia policial. Por entonces llevaba cumplidos ocho años de condena, y por su buen comportamiento le habían pasado al segundo grado y disfrutaba de permisos de fin de semana.

Matilde Martín Aranda habló con el juez para explicarle que el posoperatorio se estaba alargando y que no quería que su marido volviera a la cárcel en esas condiciones. La mujer de Gómez Tobar asegura que el juez, muy comprensivo, le aseguró que no se preocupara y que ya llamarían a su marido cuando estuviera restablecido completamente. En cualquier caso, el hecho es que Gómez Tobar abandonó semanas después el hospital, volvió a su casa de Fuengirola, en la calle de Víctor de la Serna, 11, y reanudó su vida normal, sin que nadie se acordara de él.

Trabajo en la construcción

Durante esos dos años, Gómez Tobar encontró trabajo en la construcción, vivió siempre con su familia, votó en el referéndum de la OTAN, como lo atestigua un certificado al efecto, hizo amistad con policías municipales del pueblo e incluso se renovó el carné de identidad, para lo que tuvo que acudir a la comisaría varias veces. Compró una tierra y un mulo y estaba arándola cuando el 27 de abril de 1986, según manifestó su esposa, llegaron varios guardias civiles, rodearon la finca armados de metralletas y se lo llevaron".Gómez Tobar fue absuelto con todos los pronunciamientos favorables en el juicio que siguió a continuación por presunto quebrantamiento de condena.

Sin embargo, a tenor de las declaraciones de su esposa y del escrito firmado por los abogados, desde que Juan Antonio volvió a la prisión las cosas cambiaron. Se le despojó de las prerrogativas que lleva consigo el segundo grado, se le conceptuó de nuevo como preso peligroso y se le trasladó a la prisión de El Puerto de Santa María.

En los últimos meses su historial como recluso está lleno de faltas por las que se le priva de permisos de fin de semana y que le cortan el paso al segundo grado. Se han hecho registros en su celda cuando él no estaba, y en una ocasión denunció al director de la cárcel la desaparición de 75.000 pesetas que tenía guardadas en su celda.

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