Los propietarios de Raelca dicen que desconocían los manejos de su gerente
J. Y. /A. G. Elías Ferrero, de 36 años, y su cuñado Cándido Hernández Galán, de 40, copropietarios de la empresa Raelca de Alcorcón (Madrid), afirman que desconocían los manejos de Ramón Ferrero, de 33 años, al frente de la empresa, aunque la sociedad les pertenecía por partes iguales. Elías Ferrero y Cándido Hernández llevaban puestas durante sus interrogatorios, que ocuparon la sesión de ayer en el juicio sobre el síndrome tóxico, las barbas postizas y las gafas oscuras que están utilizando desde que se inició la vista oral. Elías, como en la jornada del lunes, se negó a declarar, y sólo esporádicamente respondió algunas preguntas. Cándido Hernández, que sí contestó, dio una imagen de dejadez y de ignorancia absoluta. "No sé, no recuerdo" es lo más que se le pudo sacar.
Elías Ferrero es natural, como su hermano Ramón, de Casarrubios del Monte (Toledo) y fue precisamente el caso del convento de monjas de esa localidad lo único que le indujo a contestar ayer.La abogada Francisca Sauquillo, representante de afectados de Alcalá y Leganés (Madrid), estaba lanzando sus preguntas al aire cuando mencionó que las monjas del convento, que resultaron afectadas, habían consumido aceite de Raelca proporcionado por el vendedor Luis López López.
-Eso es mentira -dijo Ferrero interrumpiendo su silencio. -¿Qué fue lo que pasó entonces?
-Me refiero a las monjas de Casarrubios. No están enfermas ni nada, sino que se lo han querido hacer.
Ignacio Uriarte, el abogado representante de la OCU que intervino a continuación, preguntó:
-¿Quiere usted sugerir que las 23 monjas enfermas y la madre superiora fallecida por el síndrome tóxico se han querido hacerlas enfermas, en el sentido de que han tenido mucho interés en inculpar a Raelca y no decir la verdadera causa?
Y Elías Ferrero respondió:
-Le voy a decir lo siguiente: Esa señora estaba enferma desde hace 22 años. Hace 22 años estaba enferma, y las otras, más o menos. Y le voy a decir una cosa, hay un arenal en Casarrubios del Monte que si va usted con una pala sacará usted montones de medicamentos.
La carta
La abogada Doris Benegas, representante de los afectados de la provincia de Valladolid, preguntó a Elías Ferrero que cómo podía afirmar en sus declaraciones que desconocía que los hermanos Bengoechea -sus proveedores de aceite de colza- vendían exclusivamente aceites industriales. La sorpresa de la letrada tenía su justificación, ya que mostró una carta enviada por Raelca a los Bengoechea, que figura en el sumario, en cuyo encabezamiento se lee: "Don: Rapsa. Aceites industriales". "No es una carta que les envían ellos a ustedes y cuyo membrete puede pasarles inadvertido. Es una carta que les envían ustedes a ellos, y son ustedes los que escriben eso". La pregunta quedó en el aire porque Elías Ferrero se negaba a responder.
La declaración de Cándido Hernández Galán, que testificó a continuación, tuvo dos fases bien diferenciadas. En la primera contestó al fiscal, siguiendo los consejos de su abogado, Dimas Sanz, mientras que en la segunda se negó a responder a las preguntas de las acusaciones particulares.
Dimas Sanz es también abogado de Elías Ferrero, y estaba muy enojado porque, en contra de sus indicaciones, el mayor de los hermanos dueños de la empresa Raelca no había contestado al fiscal.
Eduardo Fungairiño, de 40 años, el fiscal del caso, desplegó cierta ironía con Cándido Hernández Galán, a la vista de que sus manifestaciones eran inconexas y daban la sensación de que no tenía ninguna influencia ni conocimiento en la dirección de la empresa.
-¿A usted no le decían nada? -preguntó el fiscal.
-Normalmente, no -respondió Cándido.
-Entonces, si usted no pinta nada ¿por qué va con los hermanos Ferrero a una reunión tan importante como la que tuvieron en casa de José Luis Garrote? [Garrote era el intermediario de los Ferrero en Madrid, y en esa reunión se trató supuestamente sobre la falsificación de los documentos relativos a las vinculaciones comerciales entre Rapsa y Raelca].
-Porque era de noche.
La abogada Doris Benegas pídió al tribunal en la sesión de ayer -que volvió a registrar decenas de asientos vacíos- que acceda a determinados cambios del orden en que van a ser interrogados los acusados, por razones de coherencia y de lógica.
Los defensores se opusieron a esta petición, y el tribunal solicitó que hicieran constar por escrito las razones, a fin de decidir posteriormente.
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