45 jovenes heridos al reprimir policías y ertzainas actos vandálicos en el centro de Vitoria
JOSÉ M. VITORIA, Con un balance de 45 heridos (entre ellos, una joven con fractura de cráneo y cinco policías) y numerosos desperfectos en el casco urbano, concluyeron a las ocho de la mañana de ayer en Vitoria siete horas de enfrentamientos entre grupos de jóvenes, en su mayoría punks, y agentes de la policía nacional y la Ertzaintza (policía autónoma vasca), en el céntrico parque de la Florida, en las inmediaciones del Parlamento vasco. En el curso de los incidentes y actos vandálicos protagonizados de madrugada por los mencionados jóvenes, repetición de los que vivió la capital alavesa hace exactamente un año, peligró la seguridad de una gasolinera, que pretendieron quemar. Asimismo, las fuerzas autidisturbios cortaron el paso a un turba que pretendía alcanzar un cuartel de la policía nacional ubicado en el casco viejo. No hubo detenidos.
Los dos hospitales de Vitoria atendieron en el curso de la noche a 45 personas, de las cuales tres quedaron ingresadas. Una joven de 23 años de edad sufrió fractura de cráneo, con pronóstico grave, y un chico resultó alcanzado en el cuello por una pelota de goma que le produjo traumatismo laríngeo.Horas antes de comenzar los incidentes de gravedad, la policía nacional abortó una manifestación pro amnistía en el casco viejo de Vitoria a la que asistieron algunos punks. La concentración se producía el mismo día en que se habían celebrado los funerales por los dos policías nacionales asesinados en atentado terrorista.
Según la versión oficial el conflicto se originó sobre la una de la madrugada cuando un grupo de punks quemaron sillas y mesas de los veladores del parque de la Florida. Posteriormente, los jóvenes asaltaron un establecimiento, se aprovisionaron de alcohol y pegaron fuego a enseres colindantes a las txoznas (establecimientos de bebidas montados, mayoritariamente, por fuerzas de la izquierda radical vasca).
Uno de los momentos más tensos de la noche se produjo en la gasolinera Goya, junto a las txoznas. Empleados de la estación de servicio relataron que, ante la amenaza de la presencia de punks que pedían latas de aceite, un encargado se refugió en el interior del establecimiento y cortó la energía eléctrica. Los individuos, que habían encendido una fogata en las inmediaciones, intentaron servirse gasolina ellos mismos, manejando sin control las pistolas de suministro. La falta de energía evitó que la gasolina manara.
Los jóvenes, molestos por la imposibilidad de conseguir gasolina, rompieron el cristal de una pequeña cabina de control y se llevaron el dinero suelto que encontraron, entre 1.000 y 1.500 pesetas en moneda fraccionaria. El peligro, indicaron fuentes oficiales, radicó en que si la gasolina se hubiera derramado e incendiado con la fogata, el siniestro hubiera provocado la destrucción de las txoznas y de la propia estación.
Los incidentes no llegaron al centro de la fiesta, ya que la policía consiguió que el conflicto no alterara el normal desarrollo de los actos programados. Los alborotadores fueron desplazados hasta el parque de la Florida. Fuerzas antidisturbios de la Ertzairitza protegieron el Parlamento vasco, que recibió el impacto de varias botellas. Los destrozos en Vitoria fueron menores que en las fiestas de 1986.
Algunas señales de tráfico arrancadas, restos de bamicadas, de fuego, coches cruzados y litros de pintura volcados, mostraban por la mañana los restos de la batalla nocturna.
El gobernador civil de Álava, César Milano, responsabilizó a los punks de los incidentes. Otras fuentes apuntaron que entre los alborotadores también había pies negros y jóvenes abertzales. Milano dijo que lo sucedido era la expresión de un congreso punk cuya primera ponencia había sido la colocación de barricadas, y la segunda, el ataque contra la gasolinera. Es el síndrome Manteca, destruir porque eso es divertido", aseguró. Jon Manteca, el Coio, cuya familia reside en Vitoria, fue visto últimamente por la ciudad, aunque nadie confirrnó que estuviera presente en los sucesos de la madrugada.
Un portavoz oficial insistió en que el alboroto estaba preparado, como demuestran las barras de hierro y los tirachinas para arrojar bolas metálicas encontrados. Por su parte, los :representantes de las txoznas, que se han colocado este año a pesar de la prohibición municipal, culparon a la policía de actuar "brutalmente", como "venganza" por el atentado de Armentia.
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