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Incertidumbre sobre la suerte de los dos españoles perdidos en el desierto del Sáhara

Los organizadores del Rally París-Dakar se guían anoche sin noticias de los españoles Jorge Juste y Horacio Sainz (Range Rover), del equipo Prosegur-El Globo, que desaparecieron en el desierto del Sábara, en Mali, el pasado sábado. Noticias contradictorias se sucedieron ayer. Ricardo Cortes, embajador español, en Senegal, llegó a asegurar ayer, en conversación telefónica con EL PAÍS que losdos españoles habían sido "encontrados por el avión que salió en su búsqueda". Los organizadores de la prueba, sin embargo, no confirmaron esta noticia al no poder contactar con el avión que salió en su busca.

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Un piloto aficionado y un colaborador de Thierry Sabina

La situación de Juste y Sainz era ayer calificada de "preocupante" por los organizadores. La señal de la radio-baliza que llevan en su coche fue detectada en la tarde del martes por el servicio de comunicaciones del rally, a unos 300 kilómetros al norte de Tombuctú, lugar donde finalizaba la etapa del pasado sábado. Dos aviones y cuatro coches participan en la operación de rescate, pero una tormenta de arena que se desató ayer impidió conocer si este dispositivo había tenido algún éxito.El embajador español en Senegal, Ricardo Cortes, llegó a manifestar ayer que los dos españoles estaban salvados. "Hemos llamado a la organización cada 20 minutos para saber si había alguna novedad. Finalmente, a las 18.00, hora de Senegal [en España las 19.00 horas] nos comunicaron que el avión que había salido en su busca los había encontrado. Les pedimos más detalles, pero nos dijeron que no tenían más información.

Estos datos, sin embargo, fueron desmentidos posteriormente por los organizadores en Nuakchot (Mauritania), donde se encontraba el grueso de los participantes en el Rally París-Dakar ayer por la noche. Al parecer, el embajador recibió una información que se refería. al contacto con la radio-baliza.

Los dos españoles perdidos pueden seguir en estos momentos en el desierto o pueden haber sido ya rescatados por los aviones que partieron en su búsqueda. La conexión ayer con Tombuctú era imposible, ya que las líneas telefónicas no funcionaban al ser fiesta nacional en Mali. La sede central del rally en París tampoco pudo conectar con los aviones, y los organizadores, en Nuakchot, tampoco podían utilizar sus comunicaciones a causa de una gran tormenta de arena que se desató en el sur de Mauritania.En Dakar estaban ayer los familiares de Juste y Sainz, que esperaban encontrarse con ellos el viernes al finalizar la prueba. La hermana de Jorge Juste declaró a este diario: "Estamos muy nerviosos. No sabemos absolutamente nada. La organización nos dice que están haciendo todo lo posible por encontrarnos, pero nadie puede imaginarse la angustia que estamos pasando".

Desierto puro

Ayer el pesimismo se había extendido entre los organizadores. Roger Kawanowski, responsable médico de la prueba, se mostraba muy preocupado por el estado físico de Juste y Sainz. Nadie sabía cuantos litros de agua o cuánta comida llevaban en su coche cuando se perdieron. Y, en un rally acostumbrado a este tipo de situaciones, no tener noticias de los españoles durante cinco días despertó seria preocupación. Hasta ahora, ningún participantehabía estado tanto tiempo en esta situación.

La zona en la que se perdieron Juste y Sainz es una de las más secas e inhóspitas de la carrera. Es desierto puro. No hay más vegetación que unos pequeños arbustos aislados, de no más de 50 centímetros de altura. El horizonte se extiende sin límite en un océano de dunas de arena blanda, que dificultan la orientación al máximo. Un ligero desvío, como presumiblemente les sucedió a los españoles, puede conllevar un error de centenares de kilómetros.

La hipótesis que defienden algunos participantes es la de que el error de navegación y el desvío pueden haber sido la causa de que el coche de Juste y Sainz se haya quedado sin combustible. Algunos creen que el coche pudo haberse hundido en la arena, que en esa zona es muy fina, y que sus ocupantes no hayan sido capaces de sacarlo, ni siquiera con la ayuda de palas. Otra hipótesis,más pesimista aún y que los españoles en Nuakchot no quieren considerar, es la de que el Range Rover haya sufrido un accidente.

Las temperaturas durante la jornada diurna son muy altas, pero por la noche descienden cerca de los cero grados. Teóricamente, Juste y Horacio deberían estar provistos de unos sacos de dormir para combatir el penetrante frío del desierto, pero nadie sabe si los llevaban consigo. Los participantes están obligados a llevar tres litros de agua en sus coches, pero la reserva comienza a ser escasa cuando, como en este caso, llevan ya cinco días sufriendo el calor diurno. Los médicos temen que sufran algún grado de deshidratación.

En la zona sólo hay algunos poblados de tuaregs, y las comunicaciones son inexistentes. Una de las esperanzas de los españoles que siguen en el rally es la de que los tuaregs hayan encontrado a Juste y Sairiz. La hospitalidad de la población nómada del desierto ha sido la salvación de muchos pilotos en todas las ediciones del Rally París-Dakar. En Nuakchot, los españoles que siguen en el rally recordaban que varias caravanas de tuaregs habían sido vistas en el trayecto cercano a Tombuctú, y que, por lo tanto, podría ser factible que hubiesen establecido contacto con Juste y Horacio.

Toda la operación de rescate estuvo dificultada por una gigantesca tormenta de arena que obligó a los organizadores a suspender la etapa de ayer, entre Mudjeria y Nuakchot, cuando sólo se llevaban recorridos 202 kilómetros de los 674 previstos en el itinerario inicial. Al mismo tiempo, la tormenta de arena impedía el contacto con los aviones de rescate.

El rally termina mañana en Dakar, pero los organizadores dicen que seguirán la búsqueda de los españoles "hasta encontrarlos".

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