Rakowski cree posible la reforma económica sin Solidaridad
El primer ministro polaco, Mieczyslaw Rakowski, ha confirmado implícitamente que no otorga demasiada importancia a las conversaciones con la oposición y que se considera capaz de llevar a cabo las reformas económicas y la mejora de la situación del país sin la colaboración del sindicato ilegal Solidaridad.
Ayer, en una alocución televisada, señaló: "Yo me ocuparé de lo que los polacos tengan en sus mesas. Sería un mal primer ministro si me dedicara sobre todo a la mesa redonda [con representantes de la oposición] e ignorara los problemas cotidianos de millones de mis compatriotas".Rakowski anunció subidas de pensiones en una media de 5.300 zlotys (unas 300 pesetas en el mercado negro) y otras mejoras inmediatas para algunos sectores de la población, como la liberalización en la concesión de pasaportes y en las tarjetas de racionamiento de gasolina.
"Es la clásica zanahoria del poder para ganarse una tolerancia de la población y marginar a Walesa y Solidaridad", dijo un representante de la oposición en la capital. Andrzej Stelmachowski, el intelectual católico que actuó como mediador entre el Gobierno y Solidaridad se declaró muy pesimista y calificó la situación como "muy grave".
Las perspectivas de un próximo comienzo de la mesa redonda son peores que nunca desde que fuera propuesta por el Gobierno de Zbigniew Messner en agosto, cuando se encontraba acosado por una oleada de huelgas. Rakowskí, que sucedió a Messner en la jefatura del Gobierno, manifestó ayer a un grupo de periodistas británicos que, según una nueva encuesta oficial, cuenta con el apoyo de un tercio de la poblacíón polaca, y se mostró optimista de poder imponer las reformas económicas.
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