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Se celebra en Lisboa el Primer Festival Internacional de Cine Realizado por Mujeres

Todas las películas presentadas han sido premiadas en otros certámenes

¿Hay un lenguaje femenino en el cine? O, con otras palabras, ¿las películas hechas por mujeres son diferentes? La directora Agnes Varda defiende con una convicción hecha de experiencia la existencia de una "manera femenina de colocarse detrás de la cámara", y es la incansable animadora de este Primer Festival Internacional de Cine Realizado por Mujeres, que se celebra en Lisboa del 1 al 16 de diciembre.

Tal vez para forzar las atenciones e imponer el respeto, se impuso un criterio de selección particularmente exigente: se trata de un festival de festivales, y todas las películas presentadas han conquistado por lo menos un premio en anteriores muestras.Festival-manifiesto, el certamen pretende mostrar que, a pe 5-ar del número creciente de películas realizadas por mujeres, de realizadoras con largas prueba dadas, de obras premiadísimas de nuevas revelaciones, las mujeres continúan ocupando una posición marginal en relación a la gran industria cinematográfica.

La presencia de Varda, Janis Cole, Nouchka van Bralcel, Marta Meszaros y de las portuguesas Monique Rutler y Suzana Amaral para animar los debates pretende subrayar que las dificultades a las que se enfrentan las mujeres por el hecho de ser mujeres son las mismas, se trate del Este o del Oeste o de países en los que las mujeres son la excepción o cuentan ya con una larga tradición.

Como no podía dejar de ser, en un festival con estas características, y a pesar del equilibrio entre hombres y mujeres del público, las películas que causan más fuerte impresión son las que tratan de la condición femenina, como A jury of her peers, de la estadounidense Sally Heckel un ensayo de media hora de duración sobre la supervivencia de la mujer en un medio hostil.

Agnes Varda, a pesar del León de Oro conquistado en Venecia por Sans toit ni loi, afirma que los premios tienen una importancia muy relativa y corren el riesgo de provocar un efecto nivelador, porque las películas hechas por encargo suelen ser parecidas, sean hechas por hombres mujeres, y de lo que se trata es el derecho a la diferencia.

Ausencia notable de nombres españoles, sea entre las realizadoras en actividad, sea en la antología de las pioneras, muchas de las cuales, en buena verdad, empezaron como mujeres de realizadores famosos o del otro lado de la cámara, como actrices.

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