Más moral que el Alcoyano
Miles de personas celebraron ayer su última cena de pobres
Desde comienzos de siglo, cada 21 de diciembre, los alcoyanos hacen gala de su legendaria moral y su buen humor y deciden cenar como pobres, a la espera del gordo de Navidad. La tradición se cumplió anoche en restaurantes, bares, casas de comidas y filaes o locales sociales de las comparsas de moros y cristianos, donde en algunos casos resultaba difícil encontrar plazas libres. Hombres y mujeres se sentaron a la mesa para "despedir al pobre" a base de huevos fritos, sardinas saladas, pimiento seco y vino peleón.
Se trata de un menú que ha evolucionado, probablemente en busca de ese premio gordo que todavía no ha caído en Alcoy. Los orígenes de esta costumbre no quedan claros, pero se sabe que a comienzos de siglo en muchos hogares ya se solía cenar ese menú tan escuálido como apetitoso. Era un acto de fe en la pobreza personal, que propiciaba las esperanzas suficientes para alcanzar la mañana del 22, en la que desde Madrid unos niños huérfanos repartían millones. La costumbre se conservó no sólo en la familias, sino también entre los individuos de las comparsas de moros y cristianos que protagonizan las fiestas de abril."Grupos de amigos, compañeros de tajo en la fábrica, terminaban entonces su turno a las diez de la noche y se preparaban para despedirse de ser pobre con esta cena", comenta Antonilo Aura, de 57 años, vicepresidente de la Asociación de San Jorge de Alcoy.
"La cena del pobre siempre ha sido un ritual íntimo, de la casa o de unos cuantos amigos", dice Aura, "pero desde hace unos veinte años se ha popularizado de tal forma que es una fiesta más para los alcoyanos. Las cosas han evolucionado y el menú de la cena ya no es de pobres, claro está" .
La década de los años sesenta fue de prosperidad para la industria textil en esta ciudad del interior de la provincia de Alicante que ahora tiene 70.000 habitantes. Desde entonces la cena del pobre es una costumbre extendida que alcanza a todas las capas sociales y a casi todas las edades.
Del sorteo a los Magos
"Nosotros ", dice el alcalde de la ciudad, el socialista Josep Sanus, abrimos la Navidad con la despedida del pobre y la cerramos con la cabalgata de los Reyes Magos, la primera que se hizo en España y raro es el alcoyano que no cene un huevo frito y una sardina salada en la noche del 21 de diciembre".Asociaciones culturales, empresas, clubes deportivos, partidos políticos y sindicatos, filaes, asociaciones de comerciantes, parroquias y colegios han llenado la ciudad de participaciones de lotería. Los alcoyanos juegan este año alrededor de 350 millones de pesetas en busca del premio gordo, es decir, casi 5.000 pesetas por barba. Algunos llegaron a pagar casi esa cantidad en un restaurante de postín por su cena del pobre de anoche los más pagaron entre 1.500 y 2.500 pesetas por su ágape.
Además de los ingredientes típicos presentes en el menú originario, ahora no falta el marisco en la mayoría de las cenas. Se comen tapas variadas , queso fresco y pericana, un plato típico a base de pimiento seco, bacalao, ajo y unas gotitas de aceite. A los postres se brinda por la suerte con cava. "De todos modos, hace 60 años se brindaba con altramuces, cacahuetes y vino de la tierra", comenta Aura con un cíerto tono de nostalgia.
En algunos locales no faltó anoche la banda de música para dar verdadero sabor festivo a la cena con pasadobles y marchas moras. Otros combinaron cena y baile en discoteca , a pesar de que hoy había que trabajar. En definitiva, un día es un día, y el gordo, que nunca ha caído en Alcoy, algún día tiene que llegar para que esa "despedida de pobre" sea algo más que una ilusión repetida cada año.
Las cenas se celebran siempre en un ambiente festivo y humorístico, en el que la gente suele cruzar apuestas sobre la fortuna que puede sonreír a cada uno de los comensales. Algunas veladas se convierten en una emulación del famoso cuento de la lechera,ya que muchos alcoyanos no su reprimen en absoluto a la hora de fabular con la cantidad de pisos, coches y otros artículos de consumo que podrían adquirir con unos cuantos millones de la lotería de Navidad.
Asimismo, los más despistados y los rezagados aprovechan la ocasión de la última cena de pobres de Alcoy para comprar algún décimo de lotería.
El clima de imaginación y de burla sobre la fortuna y la desgracia acaba invadiendo a miles de alcoyanos. Es muy probable que no resulten agraciados, pero demostrarán una vez más que funciona la máxima aplicada al equipo de fútbol de Alcoy que pedía una prórroga para remontar el resultado de un partido que perdía por 12 a 0.
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