La CE limita las ayudas al automóvil y el sector naval

La Comisión Europea ha aprobado limitar las ayudas públicas a la construcción naval y al automóvil, respectivamente. Las dos decisiones tienen como objetivo reducir las subvenciones estatales y establecer un régimen de mayor transparencia para aproximarse gradualmente a una situación de libre competencia en estos dos sectores industriales, actualmente muy protegidos.

En lo que se refiere a la construcción naval, un sector que en los últimos 10 años ha visto reducidos sus efectivos y su capacidad de producción a un tercio en Europa, la CE ha decidido prorrogar durante uno el actual régimen de ayudas estatales. Sin embargo el nuevo tope máximo para 1989 será del 26% del coste de los proyectos, dos puntos por debajo del límite fijado para este año. Para el subsector de pequeños astilleros, que se beneficia en mayor medida de la coyuntura favorable y del incremento de precios, las subvenciones para barcos cuyo coste no supere los 800 millones de pesetas quedan limitadas al 16%, en lugar del 20%. vigente.Para la industria del automóvil, el régimen de mayor transparencia decidido ayer representa la obligatoriedad de pedir autorización previa para toda ayuda estatal que supere los 12 millones de ECU (1.609 millones de pesetas, al cambio actual de la divisa comunitaria). La decisión de la comisión se interpreta como una medida defensiva previa antes de que la Comunidad se decida a lanzar su programa de protección del sector frente a la invasión japonesa.

El sector europeo del automóvil vive una coyuntura favorable en ventas, pero se enfrenta, de aquí a 1991, a una inversión tecnológica por valor de 11,6 billones de pesetas, según cálculos de la Comisión Europea, para poder hacer frente a la mayor productividad y más avanzada robotización de las plantas japonesas. Los industriales europeos han lanzado una fuerte campaña de presión para frenar las importaciones japonesas, pero temen a la vez la amenaza futura de los caballos de Troya que representan las plantas niponas ya instaladas en la CE, hasta el momento mantenidas en estado de hibernación en cuanto a productividad, pero prestas a tomar el relevo cuando se cierren las fronteras.

La Comisión Europea dejó, sin embargo, pendiente para el nuevo ejecutivo de la CE, que entrará en funciones el 6 de enero, la decisión sobre los problemas planteados por las ayudas públicas, al parecer excesivas y no justificadas, concedidas a las francesas Renault y Peugeot y a la española ENASA.