Seguro, que alguna

vez hemos pensado que hace falta conseguir una sociedad más justa. Cuando yo pienso en eso creo que la sociedad sería más justa si fuese más solidaria, más igualitaria, menos autoritaria, que respetase totalmente los derechos humanos, más libre...Cuando sigo pensando me doy cuenta de que hay una institución que no cumple estos requisito, en absoluto. El Ejército es la institución menos solidaria, pues la solidaridad sólo existe con el compañero; con el enemigo al que se va a matar la solidaridad no existe. Es la menos igualitaria (a mi entender, siempre ha sido la más machista y racista, al considerar a la mujer y al enemigo como inferiores). Es la institución más destructiva, la más autoritaria, dictatorial, y, además, de carácter obligatorio, y la que menos respeta los derechos de los seres humanos, viéndose en el derecho de hacer y deshacer con la vida de los demás.

Es en este momento cuando comprendo que lo que hay que hacer para conseguir una sociedad más justa es desmilitarizar la sociedad y no militarizar a las que faltaban, aunque las que faltaban se incorporen de una manera voluntaria.

No puedo acabar la carta sin decir que, como persona feminista y antimilitarista, tengo que re-

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chazar que esta incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas contribuya a la superación de la discriminación sexista y que, por el contrario, pienso que la mujer en el seno del Ejército se encontrará en una situación de doble discriminación: como mujer, dentro de una institución machista, y como persona, al basar se ésta en la jerarquía y la obediencia.

Como diría Obélix, ¡estos romanos están locos!-