Azote de reclutas
, "¿Quieres ir a Reus? Eso está hecho, chaval. Tú déjalo en mis manos". Y el recluta, que está deseando largarse de Madrid para estar con su familia y su novia de Reus, está a punto de saltar de alegría. Pero sólo acierta a decir: " ¿De verdad, mi capitán?". Desde ese momento, el capitán Marín intuye que el joven soldado está en su manos y que le dará lo que le pida.
En la información transmitida por la policía a los acuartelamientos militares se asegura que el presunto delincuente tiene "un amplio historial de estafas a reclutas", a los que solicita "cantidades de dinero con diferentes excusas". En la mayoría de las ocasiones la excusa es poder hacer un regalito al coronel del regimiento donde está destinado el chico, con objeto de que no ponga pegas al traslado del recomendado.
Pero las habilidades de Marín no sólo consisten en ser azote de reclutas, a los que capta en los alrededores de los acuartelamientos. También ha engañado a alféreces, a comandantes y a coroneles, que luego han tenido que reconocer que el capitán es un consumado actor.
La mayoría de sus víctimas han manifestado que el presunto estafador es un hombre amable, educado y generoso. "Él siempre se adelanta a pagar y no permite que nadie abone las consumiciones", según uno de los denunciantes.
Los funcionarios de la Brigada de Policía Judicial de Madrid están obsesionados con el hombre que hasta ahora ha logrado burlarse de ellos impunemente. Marín cambia constantemente de apartamento, y cuando los agentes creen haberle localizado, siempre se encuentran con alguien que les dice: "El capitan ya no vive aquí".
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