Los sindicatos podrán controlar la marcha del sector servicios
La participación de sindicatos y patronal en las reformas estructurales y en las medidas de control de la inflación es la principal contrapartida que el Ejecutivo ofrece a trabajadores y empresarios a cambio de que ambos moderen el ritmo de crecimiento de sus salarios y de sus beneficios.
El principal objetivo de estas reformas es frenar el crecimiento de los precios en los sectores más protegidos de la competencia internacional y, por lo tanto, también más inflacionistas. El Ejecutivo ofrecerá a los interlocutores sociales que participen en el seguimiento sectorial de los precios de los seguros médicos y del automóvil, los transportes urbanos e interurbanos, la enseñanza, los restaurantes, cafeterías y bares, y la reparación y conservación de viviendas.
Tras ese seguimiento conjunto de la evolución de los precios, la creación de empleo, los costes salariales, la inversión realizada y los niveles de endeudamiento de las empresas de estos sectores, el Gobierno pretende consensuar actuaciones específicas con los agentes económicos y sociales.
El documento del plan de competitividad ofrece como posibles actuaciones la ampliación de las atribuciones del Tribunal de Defensa de la Competencia, así como corresponsabilizar a la Administración en el control de los precios del transporte público.
Otras actuaciones
Las reformas estructurales y las medidas de lucha contra la inflación son dos piezas del plan de competitividad que el Ejecutivo pretende sacar adelante aún en el caso de que fracase el pacto con sindicatos y empresarios. La primera pieza -la moderación de salarios y beneficios distribuidos- sí exige la firma de las tres partes.La propuesta del Goblerno es que tanto los salarios monetarios como los beneficios distribuidos por las empresas crezcan, en 1994, al mismo ritmo que la media de los países centrales de la Comunidad Europea, o a la media de los países integrados en el Sistema Monetario Europeo. La convergencia hasta ese nivel deberá hacerse en tres escalones.
La moderación de salarios y beneficios estará acompañada, si se alcanza el pacto, de ventajas fiscales para los beneficios no distribuidos que se reinviertan para mejorar la empresa, de una cláusula de revisión universal que operará de forma automática.
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