El Estudiantes festeja el triunfo de "la revolución"
El Estudiantes y su afición, La Demencia, celebraron el triunfo en la Copa con el grito de "Viva la revolución". El equipo llegó a Madrid con el título de la Copa del Rey bajo el brazo, el segundo que consigue en toda su historia, y se encontró un recibimiento grandioso. El instituto Ramiro de Maeztu suspendió sus clases y el presidente prometió luchar por mantener la actual plantilla. Fue un espectáculo descrito así por Nacho Azofra: "Esto es la hostia".
No era para menos. El Estudiantes había cubierto hasta ahora su palmarés con un solo título: la Copa del Rey de 1963. La mayoría de los jugadores y de los componentes de La Demencia, que se renuevan igualmente de generación en generación, ni siquiera habían nacido entonces. Por eso, el triunfo del domingo se trataba del primer trofeo que celebraban la mayoría. Todos decidieron saborearlo a lo grande y juntos.El Estudiantes debía llegar al aeropuerto de Barajas a las 11.00 horas. Media hora antes, unos cincuenta dementes, algunos vestidos con su habitual atuendo árabe, ya decoraban la sala de espera. "¡Viva, viva, la revolución! ¡Viva Estudiantes campeón! ¡Fuera, fuera, fuera el Real Madrid! ¡Que los vikingos se vayan de aquí!" Los gritos crecieron cuando se divisó al equipo en la sala de equipajes.
Y comenzó a salir gente. Primero, algunos jugadores del CAI de Zaragoza. "¡Ay, ay, ay, que ha perdido el CAI!" Después, Xavi Crespo, del Elosúa León. "Elosúa, aceite campeón". Los estudiantiles, en cambio, tardaban. Daba igual. La parroquia estaba feliz y le cantaba a todo el mundo. A las chicas de buen ver, a los matrimonios, a una joven cargada de esquíes en su equipaje ("Blanca, Blanca") y hasta a una policía ("La guardia, la guardia está muy buena"). Había hueco para rimas improvisadas y para las clásicas: "¡Barajas, mañana, será musulmana!"
Los toreros
"Que salgan los toreros", repetía con insistencia La Demencia. Y, por fin, salieron., "Nacho, borracho", le gritaron a Azofra. La valla separadora se venció y el griterío se hizo mayúsculo. "¿Y dónde está Antúnez?". Los jugadores del Estudiantes no daban crédito a lo que veían. "Pero la gente", comentó Herreros. "¿tendrá que trabajar o estudiar?. Ahora me doy cuenta de le que hemos conseguido. Desde el domingovivo en una nube y no me entero de nada. Ya no somos los eternos aspirantes".
"Después de ocho años sufriendo", decía Pinone, "éste es un momento que no voy a olvidar jamás. No recuerdo, ni siquiera, si he dormido esta noche.
Nadie daba un duro por nosotros, pero hemos demostrado que este equipo es un campeón y que tiene un par de lo que tú ya sabes. La Demencia es impresionante. Es La Demencia".
Barajas se fue despejando cuando los jugadores subieron al autocar. "A los coches", gritaron los hinchas, que les acompañaron con banderas y bocinazos hasta el Ramiro de Maeztu.
Allí se produjo el no va más. El colegio entero aguardaba a los jugadores desde las 10 de la mañana. Los profesores habían decidido sustituir las clases por la celebración. Al fin y al cabo, el título también les pertenece. Una chica de 2° de BUP, a la que no le atrae el baloncesto, también estaba feliz. "Me han quitado un examen", decía. En cuanto el autobús asomó por la calle Serrano, todo estalló. "¡Estudiantes campeón, chin pún, chin pún!" El pabellón Antonio Magariños se llenó más que nunca. Las gradas y la cancha se cubrieron totalmente.
"Merece la pena sufrir"
A Winslow le pusieron una manta en la cabeza, le rociaron de cava, le subieron a hombros y le obligaron a cantar. Incluso le pidieron que realizara un mate, pero ya era mucho. Al resto se le hizo un pasillo, cubierto con una inmensa bandera. Uno a uno, los jugadores fueron coreados. "Esto es la hostia", comentó Azofra, "está todo el mundo". Juan Aísa no podía explicar lo que sentía: "Es indescriptible. Sólo por esto merece la pena todo lo que hemos sufrido".
Francisco José Moreu, el presidente del club, trató en vano de ordenar la ceremonia. No había forma. Ni tras prometer botellines .gratis en la cantina. La Demencia quería estar al lado de sus ídolos. "¡Qué demasiao, qué demasiao, todos los dementes nos hemos juntao!" Moreu, en un discurso continuamente interrumpido por los cánticos, aseguró que hará "lo posible por mantener y reforzar la actual plantilla".
Mientras, una pancarta recordaba que no hay, mucho tiempo para saborear el éxito. "Ayer, la Copa, mañana la de Europa". Los jugadores de Estudiantes viajan hoy a Tel Aviv para jugar ante el Maccabi el partido de ida del play off de la Liga Europea. Y La Demencia se despidió por ahí: "¡Que nos vamos a Estambul, chin pun, chip pun!".
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