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No sabéis lo que os habéis perdido

, El Estudiantes, 29 años después de lograr su único título, vuelve a triunfar ante la sorpresa general y la algarabía de la Demencia. Cuando nadie ha dado un duro por ellos, han quemado la traca, circunstancia en plena concordancia con su historia, llena de imposibles alcanzados, de azañas inexplicables sin volverte un poco loco. En Granada no ha ganado la fuerza del CAI, ni el teórico buen momento del Real Madrid, ni los orgullosos catalanes. Han ganado esos chicos simpáticos, pero que además que caer bien, saben fugar a este deporte como pocos.

Ha sido, y se ha repetido pero no viene mal insistir, la victoria de la elegancia sobre la rudeza, de la inteligencia humana sobre la precisión de la máquina, la alegría sobre la obligación, la ilusión sobre el miedo. El baloncesto consiste primero en meter la pelota en el aro, y hacerlo lo mejor posible. También hay que intentar que no la metan, pero esto no debe superar a lo primero en la jerarquía de objetivos. Ahora y casi siempre, el Estudiantes han sido fiel a este orden, por lo que hay que alegrarse de su victoria.

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Miguel Ángel Martín, entrenador estudiantil también conocido por El Cura (todo personaje importante en este equipo tiene su apodo) dedicó el título a su profesor, Ignacio Pinedo, fallecido el pasado año. Ignacio fue uno de los precursores de la presión defensiva y el contraataque, el juego rápido y sin contemplaciones, las tetras psicológicas tanto para desequilibrar al rival como para lanzar a su propio equipo.

La herencia de Pinedo

Pinedo es una de la, media docena de hombres que son causantes directos de que el Estudiantes sea como es. Astuto, ganador por encima de todo, guerrero y amante de los más difíciles todavía y perfecto conocedor de lo que significa Real Madrid-Estudiantes, una de las razones básicas de existencia del conjunto del Ramiro.

Esto también lo sabía Fernando Martín. Estuvo en los dos lados, odió y fue odiado, pero siempre hizo honor a su origen. Fernando se hizo famoso con aquel equipo que fue subcampeón de Liga en la temporada 80-81, y que lo formaban Vicente Gil, Alfonso del Corral, López Rodríguez El Sapo, Gibson y el joven Martín. Un Estudiantes en estado puro que le ha llevado en volandas por una hinchada dirigida por la Demencia, a su vez mandado por un tal Gavioto.

No estaba la Demencia cuando jugaba José Luis Sagi-Vela, pero seguro que se hubiese ganado el correspondiente cántico, condición indispensable para cualquier estudiantil que se precie. No era espectacular, como tampoco lo es Pinone, pero esa tipología física siempre ha tenido su encanto.

Cuenta Jorge Valdano que en Nápoles, cuando el equipo local liderado por Maradona consiguió su primer scudetto italiano, además de dar gracias a San Genaro, alguien fue al cementerio y escribió estas palabras en una de sus paredes: "No sabéis lo que os habéis perdido". Pues aquí lo mismo.

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