El diálogo con HB marca un giro de 180 grados en el pacto de Ajuria Enea
Las conversaciones entre el PNV y HB significan un giro de 180 grados en la estrategia del primero respecto al pacto de Ajuria Enea. El PNV estableció entre octubre de 1989 (elecciones legislativas) y mayo de 1991 (últimas municipales) un férreo cerco a la coalición y se ocupó de mantener viva la interpretación más restrictiva del aislamiento, que incluía el veto a cualquier tipo de debate, incluso en campaña electoral, o a la aparición muda en imágenes junto a dirigentes de HB.
Entre aquella actitud, de la que fue principal valedor ante la opinión pública el lehendakari José Antonio Ardanza, y las fotografías del pasado viernes en Bilbao no ha mediado explicación pública ni documento del pacto de Ajuria Enea al respecto. El 16 de octubre de 1989, los partidos vascos aprobaron en Guipúzcoa, en respuesta a las amenazas de ETA hacia la autovía del Leizarán, un acuerdo para boicotear a la coalición. Se comprometían a no participar en debates con la coalición mientras no pusiera fin a lo que se calificaba de "fariseísmo macabro".Los partidos emplazaban a HB, en concreto, a "condenar las acciones antidemocráticas y militaristas de ETA". El PNV se convirtió de inmediato, junto con Euskadiko Ezkerra (EE), en el intérprete más restrictivo del acuerdo, rápidamente asumido por el pacto de Ajuria Enea y trasladado así a todo el País Vasco. Hasta el punto de que, a finales de octubre, una emisión de la televisión vasca se convirtió en objeto de polémica.
El periodista Mariano Ferrer decidió invertir la rutina y para, ello invitó a participar en su programa Sin permiso a gente de la calle para hablar de la política y los políticos. También cursó invitaciones a representantes de todos los partidos vascos para que asistieran al programa pero como espectadores, sin despegar los labios.
No confundir a los ciudadanos
Sólo participaron Maki Esnaola (HB) y Joseba Azkarraga, de Eusko Alkartasuna (EA). Los representantes del PNV y de Euskadiko Ezkerra (EE) no acudieron y alegaron que la simple aparición en pantalla con alguien de la coalición radical rompía el acuerdo de las fuerzas democráticas., Por el PSE-PSOE fue el diputado Luis Alberto Aguiriano, pero al conocer la posición de los anteriores renunció a salir en pantalla.
Por el PP se presentó Jaime Mayor Oreja. Según recuerda el periodista Ferrer, el ahora presidente del PP vasco le manifestó su desconcierto por el acuerdo de no poder sentarse junto a alguien de HB sin pronunciar palabra, pero decidió no participar tampoco por decisión de su partido. La aparición muda ante las cámaras de Esnaola y Azkarraga fue criticada por el PNV.
Su portavoz parlamentario en Madrid, Iñaki Anasagasti, aseguró que debía evitarse "dar la impresión a la ciudadanía de que los partidos del bloque democrático y HB estamos en el mismo saco". Anasagasti fue más lejos, y argumentó: "Una cosa es que estemos junto a ellos en las instituciones en las que participan o puedan participar y otra aparecer en pantalla todos juntos, aunque sea sin pronunciar palabra. Eso puede llegar a confundir al ciudadano".
Frente a las quejas, sobre todo de EA, que defendía la posibilidad de celebrar debates electorales o discusiones en los medios de comunicación, el PNV y EE mantuvieron la interpretación más restrictiva. El 15 de febrero de 1990, TVE desplazó un equipo móvil a Vitoria. Quería grabar una hora de debate con todos los partidos vascos con destino al programa dominical Parlamento, nada más terminar en la Cámara de Vitoria el pleno en el que se aprobó una proclamación del derecho de autodeterminación de Euskadi.
HB participó en la sesión plenaria desde sus escaños, aunque los abandonó antes de la votación. Algunos de los invitados de TVE estaban ya entrando en el estudio improvisado en la sede del Parlamento vasco, tras haber pasado por la sala de maquillaje, cuando el entonces secretario general de EE, Kepa Aulestia, advirtió que no se podía participar si lo hacía el representante de HB, Iñaki Aldekoa. Como Aldekoa no quiso renunciar a intervenir, EE y el PNV decidieron que el programa no podía grabarse.
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