Solana mejora su posición entre los candidatos a suceder a González
El nombramiento de Javier Solana como ministro de Asuntos Exteriores le sitúa en la línea de salida de la sucesión de Felipe González, junto con el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, aunque este último, en mucha menor medida. Con esta decisión, Felipe González cumple uno de sus reiterados anuncios de los últimos meses: la necesidad de que cualificados militantes socialistas asuman responsabilidades y muestren sus posibilidades de liderazgo para su sucesión.
Según interpretaciones gubernamentales, el jefe del Ejecutivo está preparando desde hace mucho tiempo la sucesión, aunque todavía "el candidato no tiene cara", sino que espera que el tiempo vaya decantando al más adecuado e incluso fomentará que salgan más nombres".En esta línea, las fuentes consultadas citan la intervención de Felipe González en el Comité Federal del sábado, cuando animó a que salieran a la palestra personas sobresalientes, lo que consideró legítimo y necesario. "El país y el partido no pueden estar a expensas de que a mí no me dé un infarto", aseguran que afirmó González.Sin embargo, en medios socialistas se cree que la sucesión de González no se plantea ni a corto ni siquiera a medio plazo, pese a que el jefe de Gobierno aún no ha confirmado que encabezará las listas de las elecciones generales. Ayer, el secretario regional de la Federación Socialista Madrileña (FSM), Teófilo Serrano, señaló, a la pregunta de si Solana podía ser el delfín de González: "El presidente del Gobierno va a estar ahí mucho tiempo. Simplemente de trata de utilizar a las personas adecuadamente de acuerdo con su capacidad".
El hecho de que la batalla por la sucesión no sea inminente hapermitido una cierta calma entre los políticos socialistas mejor situados. Concretamente, el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, ha respaldado el nombramiento de Javier Solana como titular de Asuntos Exteriores.
Solana, ahora en su nuevo cargo de titular de Exteriores, y Alfredo Pérez Rubalcaba se van a sentar en un Consejo de Ministros con algunas tensiones internas, según afirman personas del entorno del presidente. En concreto se cita la escasa sintonía entre el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga.
Relaciones Serra-Solchaga
En fuentes del Gobierno se cita como exponente la reunión del Consejo de Ministros de hace dos semanas, en la que ambos políticos tuvieron un enfrentamiento dialéctico por las declaraciones del titular de Economía respecto a las retenciones del IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas). Los ministros consultados recalcan que el presidente del Gobierno, Felipe González, estaba ausente ya que se encontraba en viaje oficial en Río de Janeiro.
La tensión se puso de relieve también, con motivo del debate presupuestarlo del pasado año. En esa ocasión, tres ministros, especialmente afectados por el recorte José Borrell, ministro de Obras Públicas y Transportes; Jullán García Vargas, titular de Defensa, y Javier Solana, entonces como ministro de Educación- se apoyaron en el vicepresidente del Gobierno para evitar un fuerte recorte del presupuesto de sus departamentos por parte del titular de Hacienda.
Estas tensiones no tienen, por tanto, que ver con las contradicciones existentes en el seno del partido, entre los dirigentes del aparato y los renovadores.
De ahí que ayer tanto dirigentes renovadores como del aparato del PSOE insistieran en que los cambios del Gobierno no tenían nada que ver con la situación del partido. Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad Autónoma. de Madrid y significado renovador, señaló ayer: "Este último cambio no tiene una lectura política interior, aunque sí una lectura positiva hacia el país y más allá aún".
Gobierno y partido
En la misma línea, el secretario de organización del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Josep Sala, insistió ayer que el presidente del Gobierno "siempre ha separado las esferas del Ejecutivo y del partido" y que los nombramientos de Solana y Pérez Rubalcaba responden a seleccionar "el mejor gobierno posible".
Las sensibilidades partidistas de los ministros se reflejan más en sus declaraciones al exterior o en su participación en los comités federales o en los debates del PSOE que en la mesa de los consejos de ministros. En este sentido, Matilde Fernández, ministra de Asuntos Sociales; José Luis Corcuera, titular de Interior; y Virgillo Zapatero, ministro de Relaciones con las Cortes, serían los exponentes más claros del guerrismo en el Gobierno.
Pero el principal elemento del poder de los ministros se manifiesta en su acceso al jefe del Gobierno, Felipe González, por el peso de sus cargos. Este acceso privilegiado lo tienen el vicepresidente del Ejecutivo, Narcís Serra; el titular de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga; la ministra portavoz, Rosa Conde; y el ministro de Asuntos Exteriores, cuyo cargo ejerce ahora Solana.
El perfil político de Javier Solana añade ahora un nuevo ingrediente a este pequeño núcleo de poder.
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