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Entrevista:

"La policía de barrio no es efectiva para prevenir la delincuencia"

El pasado jueves, cuando se desarrolló esta entrevista, Crespo estaba algo azorado por el retraso. Venía de la calle de, Ferraz donde los enfermos de la colza han montado un campamento frente a la sede de su partido.Pregunta. ¿Para qué sirve un delegado del Gobierno en Madrid, donde ya está el Gobierno?

Respuesta. La seguridad ciudadana y el orden público se llevan la mayor parte de mí tiempo. Mi principal responsabilidad son cuestiones como la droga o la inmigración ¡legal. Luego hay una vertiente más de gestión administrativa, pero Madrid es un poco especial, porque aquí está la Administración del Estado Son cosas que hay que aceptar con resignación cristiana; a mí no me molesta que el alcalde llame directamente al ministro de Obras, Públicas y Transportes si así se consigue mayor fluidez.

P. ¿Por qué usted, que también es gobernador civil, va tan poco a los pueblos madrileños?

R. Me gustaría haber visita do algunos más, aunque mantengo relaciones permanentes con los alcaldes.

P. Precisamente en los pueblos se celebran encierros y festejos taurinos. Este verano ha habido casos de malos tratos a animales y graves cogidas.

R. Yo distinguiría las dos cosas. En cuanto al maltrato de los animales, como el ocurrido en San Martín de la Vega [murieron dos vaquillas asfixiadas por espuma], la competencia por ley corresponde a la Comunidad. Hay un expediente sancionador en marcha. En segundo lugar, el Reglamento de Espectáculos me obliga a hacer frente a hechos como los que se han producido en Torrelaguna, donde hubo una muerte en un encierro. El año que viene no se deben repetir los mismos hechos. Voy a dictar unas instrucciones claras para que en los encierros no se produzca maltrato a los animales y se realicen con seguridad para las personas. Tratar de prohibir este tipo de fiestas tan populares es prácticamente imposible.

P. Antes del verano usted prometió que este mes ofrecería avales para que los inmigrantes magrebíes del poblado de Peñagrande puedan alquilar un piso.

R. El poblado de Ricote o de Peñagrande se encuentra en unas condiciones infrahumanas. Plantear la construcción de nuevas viviendas para los inmigrantes no tiene ninguna posibilidad de que se lleve a efecto. Y sería mucho, mejor no establecer guetos como en otras ciudades. ¿Cómo obviar este problema? La única posibilidad, y no es demasiado cara, es que la Administración avale los alquileres. Ya tenemos un censo del poblado para ver qué nivel de ingresos tienen sus habitantes y qué tipo de vivienda podrían tener. También nos hemos puesto en contacto con Cáritas Española para que gestione este programa.

P. ¿Por qué se han hecho redadas dirigidas exclusivamente Contra inmigrantes africanos?

R. La inmigración es el gran problema de la década de los noventa. Quisiera dejar las cosas claras, porque hay bastante confusión. La gran mayoría de inmigrantes que han venido a nuestro país está trabajando, es gente honrada y que se está integrando progresivamente en nuestra sociedad. No podemos caer en la tentación de que por la actuación de un número escaso de personas que están realizando actividades ¡lícitas podamos criminalizar al resto de los inmigrantes.

P. El aeropuerto de Barajas es la frontera española más cercana a su despacho, donde se controla la inmigración. Durante mucho tiempo los detenidos tuvieron que dormir en el suelo.

R. En este momento las instalaciones que tenemos para atender a las personas que van a ser devueltas a su país de origen son las adecuadas; aunque tienen algunas carencias, no son tercermundistas ni mucho menos. Tienen camas, duchas y teléfono. Eso no quiere decir que no se puedan mejorar, y por eso vamos a hacer unas nuevas instalaciones en Barajas para las personas que tienen que quedarse en el aeropuerto hasta que puedan ser devueltas a su país.

P. ¿Y qué hace usted ante la degradación del centro?

R. Los problemas del centro de la capital no tienen una solución exclusivamente policial. El problema también es el urbanismo, la limpieza, la colaboración de las Administraciones y de los vecinos. Hemos iniciado. una operación en la zona centro, con mayor presencia de policía, donde se identifica, entre otras personas, a los inmigrantes ¡legales.

P. Todo el mundo sabe que en poblados como Torregrosa o Los Focos se vende droga. ¿Interesa tener controlado allí el tráfico como medida policial?

R. A veces esa pregunta también me la hago yo. Lo que tenemos que hacer es combatir el tráfico de droga allí donde esté. No me pongo medallas gratuitamente, pero se han conseguido resultados bastante positivos. Ya no se produce esa situación tremenda de procesiones de drogadictos, pinchándose en los terrenos que rodean los poblados chabolistas.

P. La última memoria del fiscal general del Estado asegura que ha aumentado la delincuencia en Madrid.

R. La verdad es que me sorprendió la memoria, porque no concuerda con los datos que nosotros tenemos. En Madrid se ha venido registrando una dismunición progresiva del número de delitos desde hace tres o cuatro años, y, por tanto, un aumento de la seguridad ciudadana. Además, no sólo hago caso de las estadísticas, sino también de la sensación que tienen los ciudadanos sobre el nivel de seguridad. La pequeña delincuencia -trileros, tironeros, algunos robos en comercios- ha incidido en que haya sensación de inseguridad entre los madrileños, que no viene avalada por las estadísticas.

P. El Ayuntamiento ha creado unidades de policía de barrio. ¿Y la Delegación del Gobierno?

R. La policía de barrio es como una panacea para determinadas personas. El Ayuntamiento intenta ahora una experiencia limitada a algunos barrios, cuando la policía de barrio está en franca regresión incluso en las ciudades británicas. Técnicamente, desde el punto de vista policial, no es el instrumento más efectivo para la prevención de los delitos. Sin embargo, la policía de barrio puede cumplir unas determinadas funciones, como ayudar a mejorar la sensación de seguridad entre los vecinos y comerciantes. Pero significa más que triplicar los efectivos policiales de una ciudad.

P. A usted le pusieron una querella por supuesto tráfico de influencias en la venta de un solar de Burgos, cuando estaba en la Administración central.

R. Ya ha habido una respuesta clarísisma del juez. Todo fue correcto y con garantías. La querella contenía un componente político claro. Fue una falsa acusación.

P. Cuando sí que le procesaron fue en 1976 -entre otros, junto con José Barrionuevo- por escribir un libro.

R. ¿Quién se acuerda ya de eso? [Ríe a caracajadas por primera vez en la entrevista]. Huelgas en Madrid se titulaba el libro.

P. Quince años después usted ha tenido que controlar otras huelgas en Madrid: de trabajadores del transporte público, de la limpieza...

P. Cuando me procesó el Tribunal de Orden Público, la situación era muy distinta. Hoy el derecho de huelga es irrenunciable, y entre mis responsabilidades está protegerlo. Cuando se ocupa una estación de tren cuatro horas o se corta la M-40, como en las manifestaciones que encabezó Nicanor Briceño, no hay equilibrio entre los dos derechos. Mi obligación es procurar que esto no suceda. Y creo que estamos consiguiendo resultados: por ejemplo, más del 80% de las manifestaciones se comunican del Gobierno, cosa que no ocurría antes. Estoy legítimamente orgulloso de ello.

P. ¿También lo estaba cuando coincidieron varias manifestaciones en el centro de Madrid en plena huelga de transportes?

R. La Delegación del Gobierno no autoriza o desautoriza las manifestaciones, salvo que puedan provocar perjuicios excesivos para la ciudadanía. Lo que hubo que analizar es que una negativa en ese momento, con 12.000 manifestantes, hubiese provocado muchos más daños y muchos más problemas en Madrid de los que se produjeron, ya que las manifestaciones se desarrollaron con normalidad. Si hubiesen intervenido las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado sí que se hubiese producido un auténtico caos en Madrid.

P. ¿Para cuándo un manifestódromo?

R. Eso es irreal, no tiene sentido llevar a la gente a manifestarse a la Casa de Campo; primero, porque no se podría conseguir, y segundo, porque sería una restricción al derecho de manifestación. La gente siempre quiere manifestarse ante el sitio donde plantea sus quejas y reivindicaciones.

P. ¿Ha habido menos policías en Madrid durante la celebración de la Expo y de los Juegos Olímpicos?

R. La verdad es que ha habido policías destinados en Madrid que han tenido que desarrollar su trabajo en Sevilla y en Barcelona. Se ha procurado, mediante el sistema de vacaciones, que la ausencia no se notase tanto. Pero en Madrid no ha habido desprotección policial.

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