La violencia como telón de fondo
Las tensiones creadas por la persecución de activistas radicales palestinos por parte de las autoridades israelíes en los territorios ocupados, especialmente en Cisjordania, componían el telón de fondo de la reunión mantenida ayer en El Cairo.Aunque ni el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, ni el primer ministro israelí, Isaac Rabin, aludieron a esta cuestión en sus intervenciones públicas, fuentes israelíes han informado que Arafat pidió a Rabin que cese la caza de sospechosos en los territorios ocupados. El primer ministro israelí respondió a la demanda preguntando a Arafat si podía garantizar la paz y la tranquilidad en Gaza y Jericó, es decir, impedir los ataques terroristas contra objetivos israelíes durante el periodo transitorio.
Arafat renovó su promesa de que los palestinos abandonarán toda violencia contra Israel, pero no prometió emprender acciones contra los miembros del movimiento integrista Hamás y otros grupos extremistas.
La OLP se está esforzando por entablar un diálogo con los movimientos radicales para incorporarles al futuro poder autonómo en Gaza y Jericó. El líder palestino dijo al primer ministro israelí que vale más hacer comprender "a los hermanos de Hamás" que el plan de paz es bueno para todos los palestinos que provocar una lucha fratricida, que haría fracasar los acuerdos de paz entre Israel y la OLP.
Rabin no respondió a este argumento. Quienes sí lo hicieron fueron los dirigentes de Hamás. En un comunicado emitido ayer, la organización integrista afirmaba que "Arafat no debía haber acudido a este encuentro", por cuanto suponía pasar por alto la represión del Ejército israelí en los territorios ocupados. "Debería haberse mantenido al margen, si no por respeto a la dignidad de nuestro pueblo, que aún sufre la represión y la violencia de Israel, sí al menos como muestra de respeto por los miembros de Al Fatah que están siendo detenidos y martirizados". "Israel", prosigue la nota", "trata de imprimir en sus actos el sello de la legitimación palestina".
Un día más, la violencia sacudió los territorios ocupados, en esta ocasión la franja de Gaza, donde las tropas israelíes abrieron fuego contra una multitud que quería presentar sus condolencias a la familia de Nael Reesi, un militante de Al Fatah muerto el martes por los soldados hebreos. Seis palestinos resultaron heridos, dos de ellos de gravedad.
En la llamada zona de seguridad, el pro-israelí Ejército del Sur de Líbano y grupos guerrilleros del grupo pro-irani Hezbolá intercambiaron fuego artillero. Al menos un miembro de Hezbolá resultó muerto.
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