La objeción dejará al Ejército sin soldados suficientes en tres años
Las Fuerzas Armadas españolas tendrán problemas para reclutar un número suficiente de soldados de reemplazo a partir de 1997, si se mantiene el espectacular aumento de los objetores de conciencia, sin parangón en el mundo. El fenómeno de la objeción, combinado con los efectos de la caída del índice de natalidad en la segunda mitad de los años setenta, amenaza con quebrar el actual modelo de servicio militar obligatorio a muy corto plazo.
Responsables de los ministerios de Defensa y Justicia han expresado ya su preocupación por el espectacular incremento del número de jóvenes que se niegan a cumplir el servicio militar. En 1993 fueron 68.209, y este año pueden superar los 100.000.Las cifras son claras: en 1995 habrá en España 330.000 varones con 19 años, la edad de incorporación a la mili. Ocho años más tarde, esa cifra se reducirá un tercio, hasta sólo 220.000. La nueva Ley de Plantillas de las Fuerzas Armadas, recientemente aprobada, pretendía reducir los 210.000 reclutas llamados a filas de este año a sólo 120.000 a finales de la década: demasiados con la objeción fuera de control.
Para hacer frente a la situación, Defensa tendrá que arbitrar medidas técnicas -aumento del tiempo de servicio militar o incorporación de las mujeres- o acelerar la profesionalización de las Fuerzas Armadas. Justicia, por su parte, prepara un plan para reformar la prestación sustitutoria de los objetores, que pretende incrementar el número de plazas del servicio civil y controlar mejor a quienes lo realizan. Defensa quiere endurecer las condiciones de la prestación para disuadir a los objetores de conveniencia. En algunas comunidades autónomas, como el País Vasco, Navarra y Cataluña, los objetores fueron más de la mitad de la cifra de reclutados para el servicio militar durante 1993.
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