Discoteca Four Roses
En la página 17 del diario de fecha de 7 de junio leo un artículo referente a la muerte de la súbdita dominicana Lucrecia Pérez, ocurrida en la discoteca Four Roses (antigua Nueva Romana), de mi propiedad, en el que se dice que "las irregularidades urbanísticas cerraron el local y lo convirtieron durante el invierno de 1992 en un frío refugio". Nada más lejos de la realidad, pues no hubo cierre por la causa aludida. Los inquilinos del local, al desalojarlo, sabiendo que una parte del mismo iba a ser expropiada por la ampliación de la carretera de La Coruña, arrancaron instalaciones, aire acondicionado, sanitarios, etcétera. Entre ello y las obras de la carretera, pues me expropiaron con todas las de la ley (e indemnización) dos trozos, lo dejaron en condiciones tales que entraron sucesivos vagabundos, desaprensivos que robaron y rompieron cristales, maderas, etcétera, hasta que llegaron los dominicanos que allí vivieron, pues el edificio estaba en pie y era seguro.Como ese diario en su día reflejó, el Ayuntamiento, presionado o no y dada la oleada que surgió con motivo del homicidio de la dominicana, optó por llevarse a los refugiados y derribó el edificio dejándolo en el montón de ruinas que hoy existen. No se me avisó, no se tramitó expediente de ruina, y ahora el tema está en el Tribunal Superior de Madrid.En cuanto a la frase de que es "un promotedor solar para especuladores de ladrillo, baste saber que el Ayuntamiento no me ha permitido ni siquiera colocar un anuncio publicitario, habiendo entregado en la Gerencia de Urbanismo cuatro soluciones, hace un mes, sin haber tenido contestación. -
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