El centro se divide sobre la actitud ante el Gobierno
El Partido Popular Italiano (PPI), el heredero mayoritarío de la disuelta Democracia Cristiana, se disponía a concluir anoche su congreso en un clima de división, reflejado en la presentación a última hora de la candidatura de Nicola Mancino, el ex ministro del Interior, que se encuadra en la izquierda del PPI, frente a la de Rocco Butiglione, filósofo, colaborador del papa Juan Pablo II y partidario de colaborar con el Gobierno de Silvio Berlusconi. La polémica interna sobre este tema, que comenzó el día mismo en que nació el PPI, hace unos cinco meses, podría resolverse de modo inmediato y tajante, sobre todo en el caso de una victoria de Mancino. Roberto Formigoni, exponente de Comunión y Liberacion y de la derecha de los populares, y otros diputados afines hacen saber hace tiempo que difícilmente soportarían ese resultado, y no parece dificil que lleguen a abandonar su partido para unirse a los ex democristianos del Centro Cristiano Democrático (CCD), que ya están aliados con la actual mayoría de Gobierno, en el que controlan dos ministerios.
El PPI tiene 33 diputados, que para Silvio Berlusconi pueden representar una valiosa ayuda frente a un eventual agravamiento de los problemas crónicos que padece su peculiar coalición con la Liga Norte y Alianza Nacional.El peligro de Forza Italia
La actitud frente a Forza Italia ha sido un tema central del congreso iniciado el miércoles por los populares. "Sin Berlusconi no representa nada", dijo ayer Mancino, al aceptar su candidatura, no prevista cuando comenzó el congreso, para marcar las distancias frente al citado grupo político y su oposición frontal al Gabinete, que no excluye "un apoyo a eventuales propuestas positivas de gobierno". El PPI, concluyó Mancini, "debe estar testarudamente en el centro".
También Butiglione señaló peligros en Forza Italia, sobre todo el monopolio de los medios de comunicación. "Si uno tiene tres canales privados y tres públicos [de televisión] es como si hubiera comprado la plaza y hecho un recinto", dijo. La falta de solidaridad, "sin la que no hay nación", y el desdén por la persona, base de la crisis moral actual, son otros de los peligros que Butiglione ve en la derecha. De la izquierda, el filósofo rechaza el radicalismo, y por, ello rechaza un partido democrático genérico "que tuviera como lema el de las feministas: el útero es mío y lo gestiono yo".
La policía detuvo ayer a uno de los participantes en la reunión, el ex diputado democristiano Michele Agrusti, acusado de corrupción.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.