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Nuevo escandalo en Italia por el papel de Berlusconi en el intento de compra de la Metro

Silvio Berlusconi participó en octubre de 1990, con 208 millones de dólares (27.000 millones de pesetas), en el intento de compra del gigante cinematográfico norteamericano Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) por parte de los discutidos financieros Giancarlo Parretti y Florio Fiorini -ambos con diversos sumarios judiciales acumulados sobre sus espaldas- y desempeñó un papel poco claro que ahora investiga la Securities and Exchange Comission (SEC), organismo federal que controla la Bolsa y tutela los intereses de los accionistas de las empresas que cotizan en ella.

La información, publicada el martes por The Wall Street Journal y rápidamente desmentida por el portavoz del presidente italiano, Antonio Tajan¡, fue ayer plenamente confirmada por Parretti en una entrevista a La Repubblica, en la que explicó cómo se violó la ley americana que impide cláusulas secretas que supongan un privilegio para accionistas importantes en detrimento de los otros cuando se trata de sociedades que cotizan en Bolsa.Parretti, que al igual que su socio Fiorini tuvo que abandonar la MGM ante sus ingentes dificultades financieras, aseguró que fue Fiorini quien firmó una carta á los representantes del hoy presidente del Gobierno, autorizándoles a volverse atrás y a recuperar su dinero más los intereses. Esta carta -y aquí radicarla la ilegalidad investigada por el SEC norteamericano- no se hizo pública, como exige la ley.

Según The Wall Street Journal, el nombre de Silvio Berlusconi y el de Fininvest aparecen también en las causas legales abiertas contra Parretti y Fiorini en Estados Unidos y Suiza. Con el aval de la Fininvest los dos financieros lograron no sólo dinero, sino también respaldo y credibilidad, que se vinieron abajo poco después dejándoles inmersos en un mar de problemas sin resolver.

Las operaciones en las que intervino la Fininvest fueron dos: la primera, un desembolso de 100 millones de dólares por parte del grupo de Berlusconi, para obtener los derechos de las películas de la MGM. La cifra volvió luego, con los intereses correspondientes, a las arcas berlusconianas, en lo que la empresa considera una normal operación financiera, según dijo su consejero Carlo Bernasconi, cuando fue interrogado por la SEC hace dos años.

La segunda aportación de 50 millones de dólares que Parretti necesitaba como garantía, no llegó a puerto, según la Fininvest porque no le fueron solicitados a tiempo.

El diario Corriere della Sera recordaba ayer las declaraciones que hizo Berlusconi al periódico en octubre de 1992: "Hemos comprado a la MGM los derechos de las películas para nuestras actividades en Italia y España por 168 millones de dólares", decía entonces Berlusconi, "dando una contribución que el propio Parretti ha considerado decisiva".

Berlusconi eligió mal a sus socios. Parretti, un arribista amigo del socialista Gianni de Michelis, lleva varios días en la cárcel y tiene cuentas judiciales pendientes con el Crédit Lyonnais, banco francés investigado en Suiza por el préstamo que izo a los financieros italianos. Fiorini está encarcelado en Giebra por el hundimiento multimillonario de su holding.

Por otro lado, el presidente italiano, Oscar Luigi Scalfaro, se mostró ayer contrario a un delantamiento de las elecciones y subrayó que hará todo lo posible para que la actual legisatura, tras los comicios del pasado marzo, cumpla su periodo constitucional de cuatro años, informa la agencia Efe.

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