Rudolf Scharping todavía cree que puede ganar
El presidente del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y candidato a canciller, el jefe de Gobierno de Renania-Palatinado Rudolf Soharping, de 46 años, se mostró ayer optimista ante la prensa en Bonn y aseguró que la elección del domingo "está abierta". Al mismo tiempo uno de los miembros de la troika del SPD, el presidente de Gobierno de Baja Sajonia Gerhard Schröder, de 50 años, siembra dudas sobre la cohesión interna M trío. Schröeder, en respuesta a preguntas hipotéticas de un periódico, dejó abierta su disposición a formar parte de un Gobierno bajo el actual canciller democristiano Helmut Kohl (CDU) en una gran coalición con democristianos (CDU / CSU) y socialdemócratas (SPD).
Para nadie es un secreto que la troika socialdemócrata es un matrimonio de conveniencia entre tres políticos que se disputan el liderazgo en el SPD. Schröder, el más díscolo de los tres, sacó de nuevo los pies del tiesto al expresar su eventual disposición a sentarse en un gabinete presidido por Kohl. Esta postura de Schröder contradice la línea de Scharping, quien se ha negado de forma categórica a pronunciarse sobre posibles coaliciones y espera a que el electorado hable mañana, para negociar a la vista de los resultados.
Scharping no ha cesado de manifestar su rechazo a una gran coalición y en esta postura le sigue a regañadientes Schröder. Con el mensaje sobre su disposición a entrar en un gabinete con Kohl de canciller, Schröder ha lanzado un envite para, en caso necesario, saltar él al primer plano y ocupar el lugar de un Scharping, quien parece hacerle ascos a una gran coalición. Los democristianos (CDU / CSU) no han tardado en replicar a la propuesta de Schröder por boca del presidente del partido hermano de los socialcristianos bávaros, el ministro de Hacienda Theo Waigel (CSU). Waigel respondió: "No nos hace falta. No lo necesitamos para nada".
En los últimos esfuerzos por arañar votos todo vale. Los liberales (FDP) han dado aire fresco a su antiguo líder, el ex-ministro de Asuntos Exteriores Hans Dietrich Genscher, de 67 años, quien casi se había jubilado y sólo aspiraba a presentarse como simple diputado de a pie. El FDP ha inundado Alemania de carteles con la imagen de Genscher ante un tablero de ajedrez y el texto: "Den jaque mate al rojiverde [coalición de SPD y Verdes] y al rojinegro [gran coalición CDU / CSU y SPD] con su segundo voto para el FDP". La falta de carisma de su actual dirigente, el ministro de Exteriores Klaus Kinkel, de 57 años, ha obligado al FDP a desempolvar a Genscher, quien se encontraba ya en el armario de la historia escribiendo sus memorias.
Para que no falte nada, se habla también de una presunta vinculación del diputado Gregor Gysi, de 46 años, el político más popular de los poscomunistas del Partido del Socialismo Democrático (PDS), con el Stas¡, el siniestro servicio secreto de la extinta RDA. Se trata de evitar como sea que el PDS consiga los tres mandatos que le permitirían entrar con un número importante de diputados en el futuro Parlamento Federal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.