En busca de los escudos perdidos
"Cumpriste o ritual e sabes tudo".
(Fado de José Saramago y Miguel Ramos).
Mario Conde hizo que Banesto invirtiera unos 100.000 millones de pesetas (113.500 millones de escudos) en la compra del 50% del Banco Totta & Açores (BTA). Una parte del dinero fue utilizada en comprar directamente acciones hasta reunir el 25% del banco luso y la otra fueron créditos a los fiduciarios Carlos Manuel de Sousa de Menezes Falcao, Jorge Augusto Santiago de Neves y Odette López Estevao, para que éstos, en nombre de la sociedad MSF, pagaran a los también portugueses José Roquette, Joao Moñiz,de Maia, Jaime Nunes de Almeida, Pompeu Fortunato y Joaquim Fortunato, por sus títulos en la sociedad Valores Ibéricos, que poseía el otro 25% del BTA.
No fue hasta el 13 de febrero de 1993, prácticamente un año después de empezar a dar los créditos a sus nuevos tapados portugueses Menezes Falcao dirigía, como socio del abogado de Conde y de Banesto, Mariano Gómez de Liaño, un bufete en Lisboa que se llama igual que el español, Asesores en Derecho-, que dos inspectores del Banco de España fueron a Banesto para conocer la documentación y las garantías de los préstamos. En noviembre de 1992, el banco emisor había requerido el afianzamiento de esos préstamos.
El entonces subdirector de Auditoría, Rafael Merino, explicó a los inspectores que tenía instrucciones de que sólo se les mostrasen los documentos, que no se hiciesen fotocopias y que una vez tornadas las notas se debían dejar en el banco. Dos documentos que contienen las garantías fueron suscritos en diciembre de 1992 es decir, con posterioridad a la petición de datos del. Banco de España.
El hecho es que Conde hizo pagar a Roquette por su participación (50,83%) en VISA cinco veces más de su valor teórico contable Roquette y sus amigos obtuvieron una plusvalía de 30.000 millones de escudos (23.0100 millones de pesetas de la época) por la cesión de un 13% del BTA. Antes de llegar a este acuerdo, firmado el 27 de diciembre de 1991, los ejecutivos de Banesto hasta entonces encargados de negociar con Roquette le habían ofrecido 2.000 millones como prima.
Pero la intervención de Banesto no saldó el asunto. Menézes Falcao cuestionó el control español, negándose a firmar los certificados de venta a Banesto. Y hace una semana, cuando finalmente Banesto vendió su participación en el BTA al grupo luso Champalimaud, Menezes Falcao y quizá sus padrinos españoles, obtuvieron una comisión que se ha estimado, sin confirmación, entre 3.300 y 5.000 millones de pesetas. Como en el fado que carita Carlos do Carmo, los portugueses como Roquette y Menezes Falcao cumplieron el ritual y lo saben todo. El juez busca los escudos perdidos.
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