México sube el tipo de interés 9 puntos, hasta el 59%, en un intento agónico de parar la caída del peso
El Gobierno mexicano, en medio del desconcierto, luchó ayer a tumba abierta para sostener sus mercados financieros, a los que la ayuda de 20.000 millones de dólares de EE UU anunciada el martes no ha traído la anhelada tranquilidad. Por segundo día, el peso y la Bolsa abrieron cuesta abajo, víctimas de la crisis de confianza que sufre el país. Para frenar el desplome de la divisa (que llegó al 7%), el Banco de México subió el precio del dinero al 59%, nueve puntos más de lo anunciado apenas 24 horas antes. Con todo, el peso perdió un 4,2%, y dejó claro, que los próximos días serán cruciales.
Los bandazos que están dando las autoridades mexicanas ponen de manifiesto que, a pesar del respaldo de la Casa Blanca y sus millones de dólares, la crisis comienza a desbordar a unos y a otros. El banco central es un buen ejemplo de ello. EE UU forzó el lunes al Gobierno de Ernesto Zedillo a aumentar sus tipos de interés hasta el 50% (desde el 40% en que se había fijado la semana anterior), como condición previa para conceder su ayuda. Tras ello, el gobernador del Banco de México, Miguel Mancera, declaró públicamente que ya no subirían más. Ayer se desdijo y los colocó en el 59%.Se trata de un nivel exorbitante y desconocido para México desde la crisis de 1988, cuando el Gobierno trataba de renegociar la deuda externa con sus acreedores internacionales. En el mercado secundario (donde se cotizan títulos de deuda a valores distintos al nominal), se llegó ayer a intereses del 80%. Los empresarios ya han advertido que no sobrevivirán más de un mes en estas condiciones.
Este alza brutal de las tasas de interés, que amenaza con romper el tejido empresarial mexicano a base de quiebras generalizadas, no parece ni siquiera servir a su objetivo original: sostener el peso frente a. la divisa norteamericana. Ayer se cambió a 5,87 pesos por dólar frente a los 5,63 del día anterior. "Ninguna teoría económica funciona ya", reconoció una fuente de la Secretaría (Ministerio) de Hacienda.
Desde que el secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz, firmase el martes en Washington a bombo y platillo el pacto con EE UU que se suponía que iba a salvar a México de la insolvencia, la única ley que parece obedecer el peso mexicano es la de la gravedad. En dos días ha perdido unó 7,5% frente al dólar.
La Bolsa, que cayó el martes casi un 5%, llevaba ayer el mismo camino. Tan sólo las compras masivas por parte de las agencias financieras del Gobierno, según las fuentes del mercado consultadas, lograron revertir la tendencia. Al cierre, el índice ganó un ligero 1,73%.
La solvencia del Gobierno está ahora asegurada, pero el país se enfrenta a una recesión cierta, al cierre masivo de empresas y al consiguiente aumento del desempleo. Todo ello comienza a pesar en el ánimo de los inversores más que la solvencia, según coinciden en señalar todos los analistas.
La cesión ante la, exigencia de la Casa Blanca de subir los tipos de interés comienza así a revelarse como un gigantesco error, uno más de los que el equipo económico del presidente Ernesto Zedillo ha cometido en los escasos tres meses que lleva en el poder.
El primero, y origen de la crisis actual, es la forma como se manejó, la devaluación del peso el pasado 20 de diciembre, exactamente 20 días después de la toma de Posesión de Zedillo. En apenas unos días, la divisa mexicana perdió el 60% de su valor frente al dólar, puso al Gobierno al borde de la quiebra, y esparció las semillas, de los males económicos que hoy sufre México.
Tras quemar todos sus cartuchos ante los inversores (la ayuda de Clinton y la subida de tipos), al Gobierno mexicano sólo, parece quedarle contemplar la evolución de la catástrofe, sin muchas esperanzas de influir en su curso. "No creo que haya una baja drástica del dólar en los próximos, días", dijo un analista, "ante la incertidumbre y la falta de liquidez".
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