Castro tolera tímidamente el trabajo por cuenta propia
Las autoridades cubanas dieron ayer un timidísimo paso más para profundizar el proceso de reformas al ampliar la lista de oficios y actividades que los cubanos podrán ejercer por cuenta propia. Se trata de 19 trabajos, que se suman a los más de 130 aprobados hace año y medio, y que incluye algunos tan raros y peregrinos como "restaurador de muñecas y otros juguetes", Iimpiador y reparador de fosas", "peluquero de animales domésticos", "productor-vendedor de piñatas y otros artículos similares para cumpleaños infantiles", "trasquilador", o "limpiador de bujías".La resolución conjunta del Ministerio de Finanzas y Precios y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social era esperada desde hacía meses, pues las autoridades habían puesto énfasis en que el trabajo "por cuenta propia" debía ser una de las alternativas importantes para generar empleo, en momentos en que en la isla se realiza un drástico reajuste de plantillas en oficinas y empresas, que dejará sin trabajo a más de medio millón de cubanos, según cálculos oficiales.
"¿Dónde están los juguetes para arreglar?", exclamaba ayer un joven al leer el documento que publicaba el rotativo comunista Granma. La misma reacción tuvieron algunos economistas e investigadores de centros de estudios consultados por este diario. "Esa medida es demasiado tímida, no cumple ninguna expectativa ni va a resolver grandes problemas", dijo uno de ellos, señalando que la resolución no se refiere al problema de los universitarios y profesionales, una gran parte de la población activa de Cuba, para quienes sigue prohibido el ejercicio privado de su profesión. "La población laboral de Cuba supera los tres millones y medio de personas, y en estos momentos sólo hay inscritos 170.000 trabajadores por cuenta propia", explicaba contrariado el economista, y comentaba: "El problema es que lo quieren controlar todo".
Taxis privados
Los ministerios de Finanzas y de Trabajo harán pública una segunda resolución en la que se legalizan los restaurantes clandestinos y probablemente también los taxis privados en las áreas de turismo. Según un borrador de este documento al que tuvo acceso EL PAÍS, se autorizará la venta de alimentos y bebidas "en tres modalidades: al detalle", a domicilio y "mediante servicios gastronómicos".En todos los casos los vendedores podrán fijar libremente los precios, pero les estará prohibido totalmente vender "mariscos", y "carne de equino", mientras que carne de bovino, leche y productos lácteos sólo podrán ser ofrecidos en caso de que hayan sido adquiridos en tiendas de dólares y pueda justificarse su compra legal.
En el caso de los restaurantes, que hasta ahora eran conocidos popularmente como paladares, se pone un límite máximo de 12 plazas y un impuesto de 400 dólares o 400 pesos al mes -en función de si el servicio es ofrecido en divisas o en moneda nacional-, además de un extra de 100 dólares si se expenden bebidas alcohólicas.
"No sé qué vamos a hacer si finalmente ésto es así. Lo más probable es que haya que subir mucho los precios, cerrar, o que los paladares se conviertan en reediciones criollas de la última cena", decía el dueño de una de ellas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.