Francia degrada a España
El equipo de Lolo Sainz sufre un tremendo varapalo ante los franceses
Francia emitió ayer en Atenas un feo diagnóstico definitivo: España ha perdido rango. Las graves lesiones que se sufrieron en su día ante Angola y China se agrandaron ante un equipo francés que hacía 16 años que no ganaba a España, desde un partido correspondiente al preeuropeo disputado en 1979, precisamente en Atenas. Pero si las derrotas ante angoleños y chinos fueron indignas, la de ayer fue, si cabe, más significativa.España, que ya había emitido malas vibraciones pese a ganar los dos partidos con los que arrancó el campeonato ante Turquía y Finlandia, confirmó ayer el mal cariz del asunto. La "resonancia magnética" ante Francia detectó una enfermedad de difícil cura. No hay jugador determinado al que inculpar, se pueden discutir bastantes de las decisiones tomadas por el seleccionador, Lolo Sainz, pero todo apunta a que la responsabilidad debe ser compartida y trasciende a todos los estamentos sobre los que se estructura la selección y, en definitiva, el baloncesto español. Queda ahora por solventar una fea papeleta. Si, como todo parece indicar poco hay que hacer ante Croacia y Rusia, España se jugará la supervivencia y el pase a cuartos de final en el partido que le enfrentará a Eslovenia el próximo lunes. Una victoria conduciría a España a un enfrentamiento en cuartos de final con Yugoslavia.
El curso de los acontecimientos fue cristalino: un tanteo inicial (mínimo triunfo por 19-17), un arranque francés con un parcial de 0-12 (19-29), una posterior ampliación de las diferencias (34-47, 53-70, 64-83 como máxima) y un único y fugaz instante de reacción española (45-50). El marcador no hizo sino reflejar un repaso en toda regla. Thierry Gadou se encargó de dejar a cero a Herreros hasta bien entrada la segunda parte. Bonato envenenó a Smith con la misma medicina que receta el americano nacionalizado español: uno contra uno, entradas a canasta y velocidad punta en la transición. Ostrowski y Bilba sacaron a Ferran y Orenga y eligieron opciones que no encontraron respuesta defensiva en el equipo español: cortar la zona para recibir el balón ya en carrera y de cara al aro o bien salir y buscar una posición cómoda para efectuar tiros a media distancia e incluso triples.Naufragaron los teóricos líderes del equipo español: Orenga cometió su tercera falta en el minuto 11, Ferran repitió sus erráticas. actuaciones precedentes y Herreros, por fallar, falló hasta los dos tiros libres de los que dispuso. Y España acabó como tantas veces lo había hecho Francia en sus enfrentamientos, pidiendo que se acabara el suplicio y sucumbiendo sin remisión, sin capacidad de respuesta, bajando los brazos, aceptando la evidencia de su inferioridad.
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