Fallece José Mario Armero, una personalidad que contribuyó a la transición desde la sombra
José Mario Armero, relevante abogado que contribuyó a la transición con su discreta labor mediadora, falleció ayer en Madrid a los 68 años de edad. En mayo de 1992 había sufrido una hemorragia cerebral. Casado y padre de cuatro hijos, fue durante 30 años presidente de Europa Press. Se definía así mismo como "un hombre con una tremenda curiosidad por todo lo que pasa". Vallisoletano, estudió derecho en la Universidad Complutense y periodismo en la Universidad de Navarra. Dos carreras que forjaron los pilares sobre los que dio rienda suelta a su curiosidad.
No buscó ser presidente de una agencia de noticias, pero lo fue de Europa Press desde 1967. "Sin yo saberlo, era un complemento importante para mi vida", declaró años después. Esa agencia rompió el monopolio informativo ejercido por la agencia Efe, entonces muy controlada por el régimen franquista, y se constituyó en vehículo de noticias políticas y sociales que resultaron decisivas para la apertura de la información durante los últimos años del franquismo."Soy un tipo al que le gusta estar enterado de todo lo que se cuece". Curioso, simpático, extrovertido y cordial, tenía los ingredientes necesarios para crearse la fama de ser una de las personas mejor informadas de España. Llegó a la presidencia de la agencia de noticias por su relación con los miembros del equipo directivo. Algunos eran amigos de toda la vida que veían en él a un hombre abierto, liberal y trabajador. Para ese entonces ya había tejido, desde su despacho de abogado especialista en derecho internacional, buena parte de la telaraña de sus contactos con personalidades de todos los bandos. A lo largo de su vida se le pegaron etiquetas tan diversas como las del Opus Dei, la CIA, el KGB, el Partido Comunista de España o la masonería.
Armero rechazó las etiquetas, pero lo cierto es que en los últimos años del franquismo y al principio de la transición fue una figura de peso, un hombre al que se le reconocía una enorme influencia. Se le consideraba cercano a La Zarzuela y también a don Juan de Borbón. En casa de Armero se reunieron, por primera vez Adolfo Suárez y Santiago Carrillo, en la fase previa a la legalización del PCE. Intervino en la mediación para la liberación de Antonio María de Oriol y Urquijo y del teniente general Emilio Villaescusa, secuestrados por los GRAPO. Negoció con el director del Museo de Arte Moderno de Nueva York, con la familia Picasso y con su abogado, Roland Dumas, para traer el Gernika, de Picasso, a España. Fueron conversaciones que inició por cuenta propia. "Como un abogado sin cliente", dijo. Una frase que puede resumir el espíritu con el que actuó de intermediario en aspectos importantes de la historia reciente española. En declaraciones realizadas a la periodista Victoria Prego, mientras elaboraba la serie televisiva La transición, Armero se refirió al encuentro entre Suárez y Carrillo con el mismo aire desmitificador: "Yo escuchaba, era un tema interesante que me importaba mucho, como a todos los españoles. Pero nunca tuve conciencia de que jugaba un papel trascendental".
Fue elegido vicepresidente del Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1987, además de vicepresidente del Instituto de Cuestiones Internacionales y del Comité Español del Instituto Internacional de Prensa desde 1978. En el plano internacional, se relacionó con políticos, intelectuales y artistas como Giscard D'Estaing -de quien era amigo personal-, Richard Nixon, Jimmy Carter, Walter Mondale, Ronald Reagan, Mario Soares, Audrey Hepburn, Sofía Loren o John Wayne. Una diversidad de amigos y de intereses que se refleja en sus libros: España fue noticia. Corresponsales extranjeros en la guerra civil española (1976), La política exterior de Franco (1978), Autonomías y política exterior (1983) y La política exterior de la democracia (1989).
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