AMOR PÓSTUMO
María Olsson, de 28 años, cajera en un supermercado en la ciudad sueca de Falkenberg, recibió una demostración de amor póstuma, además de un millón de -coronas (18,5 millones de pesetas), de un antiguo cliente, Einar Bengtsson, de 91 años, recientemente fallecido. Einar, que explotaba una finca agrícola, acostumbraba a comprar en el negocio donde María era cajera. Su relación se redujo a la de una cajera con su cliente, pero, secretamente, el viejo agricultor se había enamorado de ella. Y pese a que dejó de verla durante algunos años, antes de morir legó sus bienes en favor de. María. Los doloridos parientes de Einar recurrieron a la justicia para invalidar el testamento argumentando que éste había sido dictado en la creencia de su autor de que la muchacha quería casarse con él. La justicia desestimó él recurso, para alegría de María y dolor de los herederos legítimos.-
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