Un segundo lugar que promete

No gano, no se estrenó con victoria, pero Carlos Sainz (Ford), por una vez, le encontró buen gusto a una derrota. Al final, sólo 23 segundos le apartaron de los laureles del Rally de Suecia. Por ese suspiro, acabó cediendo al finlandés Tommi Makinen (Mitsubishi) el primer triunfo de la temporada y el primer liderato del Mundial. Al piloto madrileño, sin embargo, le supo menos mal que cualquier otra derrota. "Esto es mejor comienzo de lo que podíamos esperar", comentó.Terminar segundo siempre es una derrota, pero toda la vida han existido atenuantes para subcampeones, medallas de plata y finalistas. Esta vez, para Sainz, los matices de la derrota resultaron tan favorables, tan esperanzadores, que su segunda posición en el Rally de Suecia mereció etiqueta de éxito absoluto.

Eran tantas las incógnitas que su estreno con Ford debía desvelar y fue tan rotundamente positiva su resolución, que el bicampeón regresa a casa con la certeza de que puede hacer grandes cosas en 1996. Y eso tiene casi más valor que la victoria. Ganar y llevárselo todo quizá hubiera sido un abuso, pero lo importante es que todas sus conclusiones invitan a Carlos Sainz al optimismo.Duelo a dos bandas

La última etapa del Rally de Suecia se convirtió enseguida en un duelo a dos bandas, relegado el tercer candidato, Juha Kankkunen (Toyota), por el empuje de Makinen y de Sainz. Así las cosas, los últimos kilómetros del primer rally del año vivieron una lucha trepidante, en la que el finlandés de 31 años llevó siempre la ventaja.

Y.el campeón español acabó cediendo a pesar de que conservó siempre la opción al triunfo y pareció dispuesto a romper los moldes de la historia -hubiera sido el primer piloto no nórdico en vencer en Suecia y hubiera logrado un éxito tan infrecuente como ganar su primer rally con coche nuevo- Pero no logró ese objetivo, y Makinen se apuntó la segunda victoria de su carrera. Un par de pequeños desajustes mecánicos de Sainz -primero en la válvula de presión de aceite del diferencial central y después con un amortiguador- inclinaron la balanza a favor del piloto finlandés.Pero Sainz acabó el rally sonriente. Todos notaron que el madrileño sabe que su apuesta ha sido la buena, que ese Ford Escort número cuatro le va a brindar satisfacciones. Sólo hay que seguir evolucionándolo. Pero. ya no hay dudas, ni incógnitas, ni interrogantes.Admiración sueca

Frente a los pacientes espectadores suecos, que soportaron otra vez temperaturas muy bajo cero y pagaron cada uno 60 coronas (unas 1.000 pesetas), Makinen, líder durante toda la carrera, quedó como el héroe, pero la admiración recayó en Sainz. "Matador ataca de nuevo", se oyó en una emisora local.

Las conclusiones del piloto español, quedó claro, son positivas. Pero tras el balance obligatorio del primer rally de una temporada, no todos pueden decir lo mismo. El francés Didier Auriol, hace poco rival temible, pasó desapercibido en su debut con Subaru. Acabó décimo. O el equipo Subaru y su líder, el actual campeón Colin McRae, que acabaron 1995 arrasando y que en Suecia fueron superados -poder derrotar a sus ex compañeros de escudería fue otra razón de alegría para Sainz.

Para el Mundial, lo mejor fue comprobar que el campeonato se presenta apasionante. Mayor equilibrio casi imposible: los cuatro primeros clasificados -Makinen, Sainz, McRae y Kankkunen- pertenecen a cuatro equipos diferentes -Mitsubishi, Ford, Subaru y Toyota.

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