"Los 'héroes' financieros de los 80 hoy lo tendrían difícil"
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) inicia mañana un nuevo periodo tras los ocho años en los que ha sido presidida por Luis Carlos Croissier. El hasta el viernes máximo responsable del organismo de control bursátil defiende la transparencia e independencia de la institución.Pregunta. Los órganos de control y transparencia se han convertido en indispensables para la estabilidad inversora y financiera. ¿No teme que se produzca un retroceso, como el que seguramente habrá en otros órganos de control?
Respuesta. No quiero suscribir ese temor. El proyecto de ley de Adaptación del Mercado de Valores a la directiva comunitaria, que puede ser una ocasión para reformar el sistema de supervisión de los mercados, se ha respetado en su práctica totalidad; se apuesta aparentemente por mantener el modelo. Hay un acuerdo extendido en que el sistema funciona bien y está consolidado. Otra cosa es cómo se vayan a ejercer las funciones en el futuro.
P. ¿Cómo sintetizaría usted la evolución de los mercados desde la creación de la CNMV, en 1988?
R. Un primer cambio fundamental es la introducción de una cultura de transparencia, con auditorías, folletos, información financiera, estructura accionarial..., que ha establecido unos estándares de información a los que el mercado no estaba habituado. El segundo avance se refiere a la transparencia en la propia negociación, con la sustitución del sistema de corros por un sistema electrónico. El tercero es la modernización técnica, con un hito fundamental, que es la sustitución, con éxito, de los valores por anotaciones en cuenta, cambio en el que plazas financieras tan importantes como Londres han tropezado. Por último, el desarrollo de un conjunto de actividades importantes, como los fondos de inversión, la consolidación de sociedades y agencias de valores y la normalización en materia de OPA.
P. ¿Considera usted que queda mucho por hacer? ¿En qué líneas?
R. Básicamente, queda adaptar la ley española a la directiva comunitaria, cuyo proyecto de Ley decayó en la legislatura anterior y la modernización de la ley de inversión colectiva, que se ha retrasado por falta acuerdo en la directiva comunitaria sobre fondos de inversión. En cuanto a los mercados, queda algo que no depende del regulador, como es el desarrollo del mercado de renta fija; si bien tenemos un gran mercado de deuda pública y un mercado de acciones razonablemente desarrollado y líquido, en cambio la renta fija privada no ha conseguido los volúmenes y liquidez esperados. Otro tema importante es que la inversión colectiva entre en la renta variable.
P. Uno de los principales problemas que tiene la CNMV ante la opinión pública es que se le han exigido actuaciones que, por Ley, no podía realizar. ¿Por qué se ha producido esta discrepancia entre expectativa y realidad?.
R. Es verdad que puede existir esa apreciación y que de la Comisión se han esperado cosas que no están a su alcance; ni lo van a estar nunca, salvo que se haga una ley disparatada. Pero ha mejorado mucho la percepción de las funciones reales de la Comisión. ¿Dónde nace esa distancia entre expectativas y realidad? La ley es explícita en que la Comisión velará por la protección de los inversores. En este sentido, garantizará la transparencia de los mercados con reglas; pero en modo alguno nos atribuye la Ley una tutela sobre el comportamiento de los administradores. Los mayores problemas registrados se refieren a gestores que han podido actuar en detrimento del patrimonio de sus compañías. La Comisión solo puede recabar información y hacerla pública. Los accionistas son los que, a través de la legislación civil y penal, deben controlar ese tipo de comportamientos.
P. ¿Cómo recuerda la participación de la CNMV en los casos de Banesto y Grand Tibidabo?
R. En el caso Banesto, la actuación de la Comisión giró en tomo a dos puntos: el folleto de la ampliación de capital y la suspensión de cotización. Respecto al folleto, pedirnos una explicación total de la operación, de forma que el texto final dejaba suficientemente explícito la insuficiencia de recursos propios del banco. La Comisión no podía controlar si los estados financieros reflejaban fielmente la situación del banco, que, además, contaba con una auditoría limpia. La ley consagra que el registro en la CNMV de una información contable no implica la responsabilidad de la Comisión sobre la veracidad de dicha información. Tal responsabilidad corresponde a los administradores y, en su caso, al informe de auditoría. Por otro lado, la suspensión ¿le la cotización de Banesto se produce cuando se comprueba la existencia de una información relevante que podía afectar al valor de las acciones y no era conocida por por el conjunto del mercado. Sobre Grand Tibidabo, lo que se hizo fue recabar información sobre cada movimiento societario que parecía relevante y hacerla pública. Ahora bien, si esas operaciones suponían o no un vaciamiento patrimonial, en eso no podíamos entrar.
P. Sus mandatos al frente de la Comisión han coincidido con una etapa de escándalos. ¿Está supera la época de irregularidades financieras?.
R. Los estándares de transparencia han mejorado. En mi opinión, los escándalos financieros se gestan en la época de boom económico y afloran en las recesiones. En la medida que la economía no registra una etapa de crecimiento espectacular, como entonces, las tentaciones son menores. Asimismo, la propia sociedad está hoy más alerta debido a la experiencia, por lo que es mas rápido detectar este. tipo de conductas. Alguno de los héroes de la innovación financiera de los 80 difícilmente podrían serlo ahora. Aunque siempre existirá el fraude y probablemente se moverá por ciclos.
P. Si tuviera que hacer una predicción sobre los escándalos financieros potenciales futuros ¿dónde apuntaría?
R. No lo sé. Hoy, desde la Comisión, no detecto cosas que me inquieten especialmente.
P. ¿Se ha sentido apoyado por otros organismos de control?.
R. Esta casa ha mantenido una colaboración muy importante con el Banco de España y con el Instituto de Contabilidad y Auditoría (ICAC). Hemos suministrado información al ICAC y contado con apoyo cuando ha do necesario. Con el Banco de España, tenemos zonas en común, como el mercado de deuda pública.
P. ¿Que pasaría, por ejemplo, si hubiese autorregulación en el ámbito empresarial de las auditorías.? ¿Cómo afectaría a la Comisión, que ha trabajado estrechamente con el ICAC?
R. No creo en mecanismos según los cuales los miembros de la profesión, además de competidores, se autodisciplinan, se fiscalizan y sancionan los unos a los otros. El modelo del ICAC me gusta, porque introduce disciplina en el sector de auditoría, y eso es bueno para la CNMV, en tanto que asegura una información de mayor calidad. Si el modelo cambiara, tengo dudas que sea más eficaz y transparente. Más bien pienso que disminuiría la calidad de la información, lo que no sería bueno para los mercados.
P. ¿No se ha sentido decepcionado por el comportamiento de de algunos tribunales?.
R. Cuando la CNMV empezó a funcionar, el tratamiento judicial de los delitos económicos era escaso y un tanto frustrante. Desde entonces, se ha notado cierta mejoría. Sabemos que los procedimientos judiciales son muy lentos y eso a veces crea una enorme frustración, pero se nota una sensibilidad creciente en los jueces y fiscales para tratar delitos económicos. Un ejemplo podría ser el de los chiringuitos, contra los que inicialmente fue difícil conseguir que el aparato judicial se movilizara; pero después se ha dado una gran, colaboración.
P. ¿Que recomendaciones hará a su sucesor?.
R. En principio, no es mi intención formular recomendaciones, salvo que se pida mi consejo.
P. ¿Cuál es, en su opinión, la evolución previsible de los mercados de inversión?
R. Sin duda, el futuro imnediato está condicionado por el proceso de la Unión Monetaria. En la medida en que los mercados apuesten por el cumplimiento del calendario previsto y por que España esté desde el primer momento en la UEM, cabe esperar un comportamiento estable de los mercados. La incertidumbre sobre la viabilidad de la UEM en el plazo previsto y la capacidad de España para estar ahí provocará tormentas en los mercados, que afectarán de forma especial al español.
P. ¿Que pasaría si España no pudiese cumplir los objetivos?.
R. Si los mercados viesen defraudadas sus expectativas, ahora optimistas, mucho antes de que el fracaso tomara carta de naturaleza, los mercados castigarían la deuda y la peseta y subirían los tipos de interés.
P. Las medidas financieras y fiscales aprobadas en junio ¿Van a mejorar sustancialmente la posición del mercado?.
R. Los inversores las han recibido bien, pero tampoco parecen tener una enorme trascendencia para la dinámica del mercado de valores ni un impacto especial en los Fondos de Inversión...
P. ¿Acabaremos el año con más de 18 billones en fondos de inversión?
R. La dinámica de crecimiento de los Fondos parece imparable; ni siquiera se frenó en agosto. Sigue existiendo un incentivo tributario muy importante a la inversión en fondos, frente a otro tipo de productos financieros. Variarán los tipos de fondos -por ejemplo, faltan por despegar los fondos en renta variable-, pero desde luego no creo es que se pueda dar marcha atrás y pasar de fondos de inversión a productos típicos del pasivo bancario.
P. ¿Cree usted que continuará el proceso de concentración de sociedades de valores y bolsa?
R. Existe una tendencia a la concentración y siguen desapareciendo sociedades. Pueden surgir otras nuevas de tamaño pequeño y muy especializadas.
P. ¿Han sido buenas sus relaciones con el Gobierno actual?
R. Las relaciones han sido impecables, quizá porque el final del mandato estaba claro. La Comisión ha ejercido sus funciones con gran independencia tanto en relación al Gobierno como a los intereses privados. Esa independencia en su actuación es el activo más importante que debe preservarse de la Comisión.
"La independencia es el activo más importante de la Comisión"
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.