¿Cómo están ustedes?
Miliki y su familia dan un pregón navideño pasado por agua
"¿Cómo están ustedes? Mojados", se preguntó y autorrespondió Nerea, una niña de siete años,en el momento en el que Emilio Aragón Bermúdez, Miliki, asomó ayer por un balcón del Ayuntamientoara recibir la Navidad en nomre de todos los madrileños. Emilio Aragón hijo y su hermana Rita, acompañados del abuelo, Chechu, el tío Julito y Alicia, los, personajes de la serie de televisión Médico de familia, se repartieron la lectura del pregón navideño.
Miliki escribió el texto y le dio un contenido solidario y antirracista: "El Madrid navideño, con el gesto más humano, igual recibe al cubano que al mismo puertorriqueño". Al oír esta frase, Francisco Hernanz, mecánico de 36 años, gritó bajo la lluvia: "Eso es lo que hace falta. ¡Que el Gobierno sea más solidario con los necesitados!"."Mira bien este Madrid abierto y universal. El vendedor de corbatas es como el rey Baltasar", leyó el abuelo de Médico de familia. Tuvo que ponerse de puntillas para encauzar su voz por un micrófono demasiado alto. Chechu también tuvo problemas para dirigirse al público: "A ver cómo saltas para hablar", le dijo Emilio Aragón. Cuando por fin la voz del abuelo y la de Chechu sonaron por la plaza de la Villa, el público se entusiasmó y aplaudió, "aunque sólo sea para entrar en calor como dijo un padre de familia.
Plástico en la cabeza
"A pesar de la lluvia, hemos venido para ver a todos los que hacen Médico de familia, porque nos gusta mucho la serie y la vemos siempre. Queríamos ver a los actores en persona", comentaba ayer una madre de familia con una bolsa de plástico en la cabeza. Sus hijos, María, de diez años, y Jorge, de siete, tenían los ojos como platos mientras miraban el balcón con sus estrellas televisivas favoritas.Concha, de 39 años, y sus dos hijas, Nuria, de 18, y Silvia, de 17, llegaron a la plaza de la Villa con bolsas en las manos. "Venimos de hacer un recorrido navideño por Madrid. Hemos comprado decoración para el árbol y algún regalo", comentó Concha. "Con el pregón completamos ya la tarde, aunque no está muy apacible", añadió.La familia Sampeña se guareció de la lluvia bajo un paraguas. Eran padre, madre y una niña de dos años y seis meses que miraba hechizada al balcón del Ayuntamiento: "Hemos venido por la niña, porque se le queda todo lo que ve y le encanta la Navidad con la calle llena de luces y el Belén de la plaza [de la Villa]", comentó el padre, Florentino, de 36 años.
Los altavoces de la plaza continuaron esparciendo el mensaje solidario del pregón de Miliki: "Así es mi Madrid, señores, Madrid de nadie y de todos, receptivo y generoso". Su hijo concluyó el acto: "No queremos que os mojéis más. Así que, gracias y feliz Navidad a todos los madrileños".
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