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Te mando, amor, en archivo adjunto...

Arrobas Emilio (@emilio): Te mando, amor, en archivo adjunto, fotocopia del pirri con la zona marcada en punteado, entre las coordenadas 311 y 3C, que me gustaría que me sometieras a lengüetazos. Te ruego sustituyas esta figura por el paso 9 de mi anterior correo. Tuya. Mercedes.Arrobas Mercedes (@mercedes): Tomo nota de tu indicación y te mando lista de los pasos ya actualizada. Quisiera también que repasaras el paso 6 y recordaras que la última vez que lo conseguimos me repelé las canillas. Podríamos. sustituirlo por esta otra figura en la que, como ves, mientras tú me coges con ambas manos los omóplatos, yo te besuqueo ese trigémino tan rebonito que tienes. Besos. Emilio.

Arrobas Emilio (@emilio): Si sustituyo el paso 6 anterior por el que me propones, no veo cómo podré acceder yo, en el paso 7, a estimularte el perineo sin descoyuntarme las cervicales. Repasa la figura y verás que en esa posición me sería del todo imposible. Hay que rehacer la lista. Amor. Mercedes.

Arrobas Mercedes (@mercedes): Estoy de acuerdo contigo. Propongo que para el paso 6 adoptemos un decúbito supino pelado y que simplemente nos mordisqueemos las orejas. Para siempre. Emilio.

Arrobas Emilio (@emilio): Ya he renumerado la lista según tus indicaciones. Mira ahora, por favor, mi propuesta de figura para el punto 11: mientras jalo levemente de tus cataplines con la mano izquierda, con la mano derecha te elevo la pelvis al mismo tiempo que restriego mis fosas nasales por tu mismísimo, que ya tiene que estar que dé gloria verlo. Arrobada. Mercedes.

Arrobas Mercedes (@mercedes): Si quieres lo discutimos más a fondo, pero quiero serte franco y decirte que cuando pienso en el punto 11 que me propones me entra cierto temblor en las piernas. No por lo de la nariz, sino por lo otro. Para que veas, te mando adjunto un testimonio de una pareja de Minnesota, que consulté en el Diversex de la red, en el que hablan de que después de adoptar la figura 11 él ingresó en el hospital del condado con un dolor espantoso en los bajos, y parece que tardaron dos años y medio en concebir a su Jessica. No es por miedo, pues, sino por prudencia. Te quiero cada día más. Emilio.

Arrobas Emilio (@emilio): Lo que tú quieras, mi amor. Incluso estoy pensando en anular todos los pasos y dejarlo a lo que nos salga. Me siento tan cariñosa y clueca que quizá un misionerito pelado va a gustamos más que la sesión de acrobacia que estamos barajando. Sí. Quiero una cosa más arregladita y casera. Espero tu respuesta. Mercedes.

Arrobas Mercedes (@mercedes): No pude haberte elegido mejor, y ahora mismo volvería a casarme contigo, porque yo también prefiero lo que tú quieres. Acabo de tener una bronca monumental con un jefe de zona y se me ha puesto fatal el pollo al ajillo del mediodía. Compro unos yogures y voy para casa. Mucho, pero mucho amor. Emilio.

No hay que tenerle miedo a la red. Es como un teléfono y puede servir para el amor. El caso de Sharon Lopatka, que se fue a Carolina del Norte a buscar al violador y asesino que había contactado por Internet, es una rareza que también podría haber pasado por teléfono.

Siempre me acuerdo de que a mi tía bisabuela casi se le alisa el pelo pasita de mulata cuarterona que tenía cuando supo que a su prima Concepción le había jadeado un hombre por teléfono. Y, claro, como no quería tener un aparato de ninguna manera, se casó tarde y mayor, porque como no salía de casa no había manera de que conociese a nadie. Y lo de su relación con mi tío Leopoldo fue a partir del día en que la convencieron de las excelencias del teléfono. Remató así una relación que venía coleando desde hacía años, cuando se conocieron en los baños de Caldetes. Y vivieron bastante felices, qué queréis que os diga.

Otra cosa es el marco legal que se vaya perfilando.

Julia Goytisolo es historiadora.

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