Alubias, garbanzos y truchas
Cosme Delclaux ha perdido, muy pocos kilos durante su cautiverio. Su aspecto contrastaba con la patética imagen que presentaba el funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara tras su liberación. El rancho que le suministraban los secuestradores era incluso "excesivo" para el escaso gasto de calorías que tenía en el interior del habitáculo, según Renobales. Desayunaba, comía y, cenaba religiosamente todos los días. Unos días había alubias; otros, garbanzos, lentejas, mientras que el pescado elegido por el comando eran truchas.La única queja del menú del día era la carne, "un horror de mala", aseguró el portavoz de la familia. De hecho, la imagen que presentaba Cosme ayer en la rueda de prensa no era precisamente mala. Tal vez sólo su palidez podía delatar su estanciaen un zulo de la banda terrorista ETA. Cada comida iba seguida de un cigarro, mientras que en las horas muertas fumaba el resto hasta llegar a seis, el límite impuesto por los secuestradores.
Para lavarse tenía dos palanganas de agua. Con una de ellas
se afeitaba la barba y se lavaba, los dientes. La otra la utilizaba para asearse. Cada vez, varias partes diferentes del cuerpo. Uno de los mayores "agobios" ,que tuvo que vencer.Cosme fue el calor. La tremenda humedad -que había- en el zulo le obligó a, abandonar los ejercicios al segundo mes. El secuestrado utilizó Egin para secar los charcos de agua producidos por la acumulación de humedad.
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