_
_
_
_

Una niña de Ondarroa, obligada a llevar colgado un cartel por hablar en castellano

"Ni erdalduna naiz" ("Yo hablo castellano"). Los monitores de una colonia veraniega de Ondarroa pusieron un cartel con esa frase al cuello de los niños sorprendidos hablando en castellano. Así lo han denunciado ante la Divutación de Vizcaya los padres de una muchacha guipuzcoana de 11 años. Esta queja se une a las de otras 21 familias por los malos tratos dados en la también vizcaína de Zeanuri a los chavales, a los que, entre otros castigos, se les hacía cargar con una mochila con piedras si no se expresaban en euskera.

Más información
"¿Un juego o un castigo?"

El diputado de Cultura de Vizcaya, el peneuvista Tomás Uribeetxebarria, reconoció ayer en una rueda de prensa que hubo un "tratamiento pedagógico desafortunado" por parte de los monitores de Zeanuri en su afán de que se profundizase en el conocimiento y la práctica del euskera, uno de los objetivos de este tipo de campamentos. Pero anunció que no se tomará ninguna medida contra ellos hasta que se conozcan los resultados del cuestionario que se ha enviado a los padres de los 75 niños que asistieron en julio a esa colonia.Según el informe elaborado por la Diputación de Vizcaya, 21 familias han formulado hasta ahora denuncias escritas sobre lo sucedido en Zeanuri. En los últimos días, sin embargo, han llegado otras relativas a las de Zuaza (Álava) y Ondarroa (Vizcaya). En esta última, según El Diario Vasco, a los niños que hablaban en castellano se les colgaba un cartel que tenían que exhibir en la playa: "Yo voy a favor del castellano". En la otra, según sus padres, un pequeño tuvo que correr desnudo por el campo y otro subir por unas cuerdas por la misma falta. "Si esto ha sucedido realmente, es absolutamente impresentable", admitió Uribeetxebarria.

Estas colonias veraniegas están integradas en un programa conjunto de las tres diputaciones vascas para fomentar el euskera en el que este año han participado más de 5.000 niños. A la de Zeanuri asistieron 28 procedentes de Vizcaya, 33 de Guipúzcoa y 14 de Álava. Casi todos los padres denunciantes coinciden en que sus críos tuvieron que cargar con una mochila de piedras por hablar en castellano entre si y en que se les retuvo la correspondencia. En cualquier caso, Uribeetxebarria se mostró sorprendido por el "eco desorbitado" que han tenido estas quejas y resaltó que no ha habido "perjuicios graves".

En sus entrevistas con los responsables de la Diputación, según un informe oficial, los monitores y la directora del campamento han afirmado que lo que se realizó fue simplemente un "juego" de día y medio de duración "con una mochila pequeñita en la que se introducían dos piedras". También negaron que retuviesen cartas, aunque sí reconocieron no haber permitido su envio durante los primeros y últimos cuatro días delturno.

Algunos padres han denunciado además sopapos, tirones de oreja y otros castigos por mal comportamiento, como tener que permanecer de cuclillas, e incluso que sus hijos tuvieran que guardar un minuto de silencio por el asesinato por parte de ETA de Miguel Ángel Blanco. Esos malos tratos han sido igualmente negados por los monitores, que añaden que la muestra de dolor por el concejal del Partido Popular en Ermua (Vizcaya) tuvo carácter "voluntario", es decir que no se le impuso a nadie.

"Tenemos por un lado las quejas de los padres y por el otro las justificaciones de los monitores. De alguna forma tenemos que dar la visión total", dijo Uribeetxebarria al referirse al cuestionario enviado a las familias. Hasta que se produzcan sus respuestas y se evalúen no se tomarán medidas contra los monitores.

"No hay ninguna necesidad imperiosa de tomar una determinación cuando incluso muchos padres están fuera", afirmó, a su vez, el director del Instituto Foral de Bienestar Social de Álava, Manuel Allende.

Uribeetxebarria, que en el pasado había dado plena credibilidad a la versión de los niños, se mostró ayer mucho más comprensivo con los monitores, que, dijo, "están absoluta y totalmente desolados" y "han sufrido ya el peor de los castigos" al ser acusados por los medios de comunicación de haber maltratado a los muchachos.

Aun reconociendo que la información dada por la prensa "ha hecho que se conociera con mayor hondura lo que sucedió", habló de un "eco desproporcionado respecto al tono y contenido de las denuncias" y adujo que "los hechos están desorbitados". Eso sí, admitió el "descuido" de los técnicos de la Diputación vizcaína, que tan sólo se pusieron en contacto con las familias después de que la prensa informara del caso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_