Unos comicios de dudosa credibilidad democrática

Las primeras elecciones municipales en Bosnia-Herzegovina desde 1990 parecen sobrevivir, aunque algunas organizaciones internacionales poco sospechosas de sectarismo consideran más sensato no celebrarlas en las condiciones actuales. Biljana Plavsic eludió ayer una pregunta sobre las consecuencias y credibilidad de unos comicios a los que finalmente no concurriese el partido gobernante en la República Serbia ni, en la otra mitad de Bosnia, el más significativo de entre los que representan a los croatas.Musulmanes, croatas y serbios deben adjudicar este fin de semana los gobiernos de 119 municipios, 74 en la Federación que agrupa a las dos primeras etnias, una de las mitades del Estado pretendidamente unitario surgido en Dayton, y 45 en el territorio de la entidad serbia.

El principal partido croata, el ultranacionalista HDZ, que obedece los dictados del presidente Franjo Tudjman, anunció el lunes y reiteró ayer, pese a las presiones internacionales, que no concurrirá a los comicios, repetidamente aplazados y en cuyos preparativos ha gastado la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), encargada de su control, 2.000 millones de pesetas. El jefe de la OSCE en Sarajevo, el ex embajador estadounidense Robert Frowick, señaló ayer que todo seguirá como está previsto.

"Los croatas se sienten discriminados", ha dicho su número dos en Bosnia, VIadimir Soljic. El movimiento de Tudjman, que obtuvo más del 77% de los votos en las elecciones generales de 1996 en la parte croata, alude con este eufemismo al hecho de que sus candidatos no podrán ganar en varias localidades en las que la purificación étnica ha hecho de los serbios la nueva mayoría. Entre los musulmanes todo está más claro. El partido nacionalista gobernante (SDA, de Alia Izetbegovic) se presenta en coalición con dos formaciones liberales, en un frente que le asegura una holgada mayoría en la Federación.