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Roig, al descubierto

El presidente se siente atrapado ante la angustiosa situación del Valencia

Para un hombre de acción como Paco Roig, la situación del Valencia (17º clasificado, situado en zona de promoción) debe ser especialmente angustiosa. No tanto por la clasificación en sí infame para un equipo con 6.000 millones de presupuesto, sino porque el dirigente se siente atrapado. Sin sitio para la maniobra.Hoy se reunirá el Consejo del Valencia, pero nadie conoce cuál será el orden del día. ¿Qué hacer? es la pregunta. Roig deshizo un equipo durante el verano, compró 14 jugadores a un entrenador de estilo muy marcado (Valdano), para despedirle a las tres jornadas de Liga. Luego, fichó a un nuevo preparador (Ranieri), que ha provocado mayor confusión. ¿Qué hacer? "Nada", responde un consejero del Valencia, consciente de que cualquier decisión de peso podría resultar más calamitosa. "Esperar y exigirles a los jugadores que saquen las castañas del fuego", añade. Eso es todo.

Roig parece haber agotado todas las salidas hacia adelante de las que ha hecho gala en sus tres años y medio de mandato: la culpa es de los entrenadores (ya ha despedido a cuatro y el último sólo lleva mes y medio en Valencia); la culpa es de los jugadores (a los que recriminó que se dedicaran a la dolce vita antes de que Romario, su protegido, proclamara su derecho inalienable a salir todas las noches que quiera); la culpa es del secretario técnico, Jesús Martínez, a quien destituyó, muy a pesar suyo, a finales de la pasada campaña.

Mestalla puede ser implacable con Roig si el Valencia pierde el domingo ante el Zaragoza. Algunos directivos ya contemplan la salida del presidente si el equipo sigue en crisis, aunque entienden que sería el propio Roig quien tuviera la potestad, en forma de control accionarial, para designar a su sucesor. En ese caso, su hermano Fernando, actual presidente del Pamesa y del Villarreal, es el mejor situado.

Ayer, dos de los jugadores más emblemáticos del Valencia, Fernando y Camarasa, apuntaron directamente hacia el consejo de administración. Fernando fue tajante: "Cuando el equipo pierde un partido, la culpa es de los jugadores. Pero si la situación se alarga, entonces hay que buscar la responsabilidad en el entrenador y en el consejo. Las plantillas y los técnicos las confeccionan los consejos".

El centrocampista valenciano, que vivió hace 10 años el único descenso del Valencia a la Segunda División, acotó la responsabilidad de los jugadores ("los consejeros y técnicos son los que toman casi todas las decisiones") y replicó a Ranieri, quien, tras perder en Mérida, dijo que los jugadores luchaban poco. "Cuando el equipo pierde se habla de falta de lucha, de garra y de entrega, pero a mí eso me parecen tonterías. Eso se tiene que dar por supuesto. Lo que hace que un equipo gane es que juegue mejor al fútbol que el otro". Camarasa, en proceso de recuperación de una grave lesión en el talón de Aquiles, también se mostró contundente. "Si éste es el peor inicio de la historia, éste también será el peor equipo de la historia, en cuanto a funcionamiento como equipo".

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