Berasategui acaba exhausto
El español fue eliminado por Marcelo Ríos en los cuartos de final
El adiós de Alberto Berasategui llegó cuando menos se esperaba. Tras dos victorias increíbles sobre el australiano Patrick Rafter, segundo jugador mundial, y frente al norteamericano Andre Agassi, Berasategui parecía lanzado hacia la final del Open de Australia. Sin embargo, en los cuartos de final topó con la genialidad del tenista chileno Marcelo Ríos y acabó siendo víctima de su propia osadía. El esfuerzo realizado en los dos encuentros anteriores le pasó factura al español. Berasategui ganó el primer set, pero acusó el cansancio a partir del segundo y concluyó ofreciendo escasa resistencia. Al final los guarismos 6-7 (6-8), 6-4, 6-4, 6-0 quedaron iluminados. El adiós del vasco a Melbourne duró 2 horas y 34 minutos.Sin Berasategui, el cuadro masculino se quedó sin españoles. Las semifinales serán absolutamente atípicas: Karol Kucera (Eslovaquia, 20º mundial) se enfrentará al checo Petr Korda (R. Checa, 7º), y Nicola Escudé (Francia, 81º), que ayer eliminó al alemán Nicolas Kiefer, jugará ante Marcelo Ríos (Chile, 8º). L
La gesta de Carles Moyá, que llegó a la final el año pasado y perdió contra Pete Sampras, quedará al menos por ahora como algo aislado. El Open de Australia sigue resistiéndose al tenis español. "Me quedé sin gasolina", confesó Alberto en su análisis posterior al partido. "Marcelo mereció la victoria. Fue un partido muy duro y a partir del segundo set ya me sentí cansado", agregó.
Los 55 minutos de duración de la primera manga fueron determinantes para el desarrollo del encuentro. Berasategui se sometió a un desgaste físico importante para impedir que Ríos se hiciera con el control del partido. El vasco perdió una bola de set en el décimo juego y salvó tres en el duodécimo, antes de ganar el desempate por 8-6. Aunque ganó el set inicial, ahí quedaron desparramadas la mayor parte de sus posibilidades.
"Gané el primer set, pero no estaba con la chispa de estos días pasados. Me costaba llegar rápido para colocarme de derecha. Ríos nunca me dejó jugar cómodamente", reconoció el español. Sus palabras fueron el fiel reflejo, de lo que ocurrió en la pista. Salvo en contadas ocasiones, quien más kilómetros hizo ayer fue el español, que casi siempre acabó desbordado por su rival. "Corrí demasiado y ni tenía tiempo para pensar. Pero me voy de este torneo contento porque he mejorado mis expectativas en este tipo de pistas. Mi objetivo ahora es entrar en los top-ten", concluyó.
Ríos, que acabó aquejado de calambres, se mostró esperanzado. "Me queda un buen encuentro [ante Escudé] para llegar a la final. Creo que tengo una buena ocasión para ganar un Grand Slam, pero a estas alturas cualquier rival es peligroso, no importa el lugar que ocupe en el ranking", dijo.
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