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Yeltsin promete mantener a los reformistas Chubáis y Nemtsov en el Gobierno

Los dos vicejefes del Gobierno ruso Anatoli Chubáis y Borís Nemtsov, campeones del reformismo radical, recibieron ayer el más claro y rotundo de los respaldos por parte del presidente Borís Yeltsin, quien prometió que les mantendrá en sus puestos hasta el año 2000, cuando acaba su propio mandato.

"Echaré a un lado a todos aquellos que les están atacando", aseguró el líder del Kremlin, quien admitió que ha habido intentos, cuyos autores no identificó, de expulsar a ambos dirigentes del poder. En todos esos casos, añadió, "los he rechazado con la misma fuerza con la que me llegaban". Recordó, además, que garantizó a Nemtsov un mínimo de dos años cuando le nombró el pasado abril. "Aquellos que piensan", añadió, "que el presidente olvida sus promesas están muy equivocados".

Yeltsin sigue teniendo la única vara para medir el poder en Rusia, y la utiliza con tanta energía como aparente falta de coherencia, quitando hoy lo que dio ayer, deshaciendo posiciones invulnerables y no permitiendo que nadie, excepto él, se sienta seguro.

Si hubiera que buscar una explicación lógica y de Estado al balón de oxígeno que Yeltsin regaló ayer a Chubáis y Nemtsov ésta sería el intento de tranquilizar a los organismos financieros internacionales y a los inversores extranjeros, que temen que las convulsiones políticas internas alteren el ritmo del proceso de reformas. El miércoles, el presidente se había reunido ya con Chubáis y dio público respaldo a la política económica que éste encarna. Citó expresamente la necesidad de que el Gobierno saque adelante el nuevo código fiscal, garantice los derechos de los accionistas y asegure un proceso, de privatizaciones honesto.

Reparto de poder

El líder del Kremlin dio a Chubáis y Nemtsov una buena porción de la tarta del poder hace menos de un año, cuando los convirtió en vicejefes de Gobierno, sin que nunca quedase del todo claro si estaban o no subordinados al primer ministro, Víktor Chernomirdin. Pero ninguno de los dos cachorros reformistas pudo presentar un balance muy espectacular de su gestión durante 1997, que terminó con cerca de la mitad de los impuestos sin recaudar y sin resolver los atrasos salariales a millones de empleados públicos.La caída en desgracia de Nemtsov y Chubáis tuvo su detonante en el escándalo que salpicó el pasado noviembre a este último por cobrar un adelanto muy alto por un libro de dudosa existencia. Eso le costó la cartera de Finanzas, mientras que Nemtsov perdió la de Energía. Donde sentó como un tiro el respaldo expreso de Yeltsin a Chubáis y Nemtsov fue en la Duma, dominada por la oposición nacionalista y comunista y que tiene en los dos vicejefes deGobierno a sus dos bestias negras, de las que ha intentado deshacerse reiteradamente. Pese a todo, la Cámara baja del Parlamento aprobó ayer en tercera lectura el presupuesto para 1998, vital para la normalización de la economía. La cuarta y última votación, qué promete ser de trámite, se celebrará el día 18.

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