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Los albaceas de Joan Fuster retiran el legado a la Generalitat valenciana

Los albaceas de Joan Fuster anunciaron ayer en Sueca su intención de retirar el legado del escritor a la Generalitat valenciana "irrevocablemente" ante el desinterés del Consell, que ha incumplido los compromisos adquiridos a través de un convenio suscrito en 1995, en el que se obligaba a la difusión de la obra y la figura del autor de Nosaltres els valencians, así como a convertir la casa del escritor en "un centro de actividades culturales" sobre su obra. Los albaceas tienen el apoyo del Ayuntamiento de Sueca.

Tras la muerte de Joan Fuster, en 1992, sus albaceas, Joaquim Maluquer, Max Cahner y Eliseu Climent, se encontraron con la necesidad de adaptar a la actualidad los mandamientos instituidos por el testador en 1974. Así, modificaron una de las cláusulas del testamento: el destino del archivo de correspondencia, que inicialmente era la Biblioteca de Cataluña ante la inexistencia de instituciones de autogobierno valencianas. Con la convicción de que había que acercar el legado de Fuster al pueblo valenciano y de que no había motivos para desconfiar de que no fuese bien tratado en Valencia, decidieron adscribir el archivo a la Generalitat valenciana y no a la Biblioteca de Cataluña, que recibiría los materiales microfilmados. A cambio, la Generalitat se comprometía a difundir la obra de Fuster y a conservar su casa, sus bienes y su biblioteca. Dentro de estas atribuciones, el 22 de febrero de 1995 firmaron un convenio, en el que intervinieron la Consejería de Cultura, el director de la Biblioteca de Cataluña, el Ayuntamiento de Sueca y el heredero, donde se refleja la voluntad de la Generalitat de que "el pensamiento de Joan Fuster se mantenga vivo a través de la conservación, el estudio y la difusión de su obra". Los albaceas cedían el depósito de la correspondencia literaria y los archivos a la Biblioteca Valenciana y acordaron que el fondo bibliográfico y la obra gráfica propiedad de Fuster quedase en la casa del escritor para su difusión y estudio. La Generalitat adquirió la casa y se comprometió a firmar un convenio con el Ayuntamiento de Sueca. La llegada del PP al poder en el verano de 1995 dejaría en suspenso los compromisos. Ayer, a la indignación de los albaceas, que no han logrado nunca ser recibidos por la consejería, se unió la del Ayuntamiento de Sueca, que acusa a la Generalitat de "incumplir reiteradamente" el convenio de febrero y los acuerdos concretos a los que se comprometió, como la construcción de un centro de estudios Joan Fuster en la casa del ensayista, al que habría que integrar la vivienda anexa, adquirida por el Ayuntamiento y rehabilitada a tal efecto. El Ayuntamiento exige al Consell que firme el convenio "porque tiene la responsabilidad de firmarlo", como enfatizó ayer el concejal de Cultura, Jaume Lloret, y le concedió un plazo que expira en el segundo trimestre de 1999, a partir del cual "el Ayuntamiento ya no será cómplice del silencio de la consejería". Asimismo, el alcalde denunció que Sueca está siendo "castigada" en las inversiones pendientes por su actitud en defensa del legado de Fuster. Por su parte, los albaceas, "obligados a exigir el cumplimiento fiel de la voluntad de Fuster", han decidido resolver el convenio y retirar "irrevocablemente" el legado a la Generalitat. Precipitación La directora general de Promoción Cultural, Museos y Bellas Artes, Consuelo Ciscar, dijo ayer que el alcalde de Sueca y los albaceas "se han precipitado" ya que sólo han pasado cuatro meses desde que se alcanzó el acuerdo respecto al legado de Joan Fuster. Ciscar aseguró que se está redactando el proyecto arquitectónico para la rehabilitación de la casa del escritor y que en septiembre saldrá a licitación, con un plazo de ejecución de dos años y un presupuesto de 20 millones de pesetas. Pese a que en los presupuestos no se especifica la finalidad de esa cantidad, Ciscar aseguró que la mitad se destinará al proyecto de la casa de Joan Fuster.

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