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Una franja cerrada a cal y canto

La mal llamada franja de seguridad de Israel son 1.200 kilómetros cuadrados del sur del Líbano, que desde hace 20 años se encuentra ocupada por las tropas del Gobierno de Tel Aviv, que intentan crear una zona tampón e impedir los ataques de la guerrilla shií libanesa contra su vecino del sur.La zona denominada con las siglas ICA (Área Controlada por Israel), está clausurada herméticamente para los extranjeros y sólo se puede acceder a ella con un permiso militar otorgado por el Ejército de Israel o el de líbano, que en los últimos meses se muestran muy reticentes a ello.

La región se ha ido despoblando y empobreciendo lentamente, mientras crece poco a poco una actividad económica alternativa que lleva a sus escasos habitantes a dedicarse al contrabando de tabaco con Siria o a comerciar con todo tipo de productos traídos desde Israel.

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Una tierra de castigo

Atrapados por la escasez de recursos, la violencia y la presión del Ejército ocupante israelí, a los vecinos de la franja no les queda otra opción que alistarse en las tropas del Ejército del Sur de Líbano, que manda el general Antoine Lahd, una fuerza compuesta por 2.500 milicianos que constituyen el principal aliado del Ejército israelí y por cuyo servicio cada soldado recibe al mes 400 dólares (60.000 pesetas).

Este Ejército, fundado por cristianos, se ha abierto los últimos meses a la comunidad shií y a los drusos, aunque los cristianos siguen manteniendo el mando de la tropa. El proceso de apertura del Ejército del Sur de Líbano es similar al efectuado por sus enemigos, los guerrilleros del Hezbolá o de Amal, que han abierto también sus filas a otras comunidades religiosas diferentes a la musulmana.

La guerrilla libanesa ha logrado en los últimos meses una serie de importantes triunfos bélicos, gracias a su profesionalización y a una generosa paga, similar a la que obtiene cada uno de los soldados del bando contrario. Hezbolá y Amal han cambiado y mejorado también su armamento, tras abastecerse con productos avanzados procedentes de Estados Unidos, entre los que se encuentran misiles antitanque Tow o incluso cohetes Stinger.

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