La destitución de dos liberales abre dudas sobre las reformas en Rusia
Dos viceprimeros ministros partidarios de las reformas perdieron ayer sus puestos en Rusia, lo que hace aumentar las sospechas de que el programa económico que finalmente adoptará el Gobierno de Yevgueni Primakov contendrá las medidas propiciadas por los economistas de la vieja guardia, entre las que destacan la emisión de dinero, con la consiguiente inflación, y una mayor intervención del Estado. Mientras tanto, la Bolsa de Moscú continuó prácticamente paralizada y cerró a la baja, y el rublo retrocedió otro 0,69%.Con la destitución de Borís Fiódorov, que fue viceprimer ministro y jefe del Servicio Estatal de Impuestos en el Gobierno de Serguéi Kiriyenko, se entierra definitivamente la variante argentina para estabilizar el rublo. Hasta el último momento, Fiódorov insistió en que el Gobierno no tenía otra alternativa que el plan elaborado por su equipo, que propiciaba una especie de caja de conversión o currency board semejante a la que aplicó a comienzos de esta década Domingo Cavallo en Argentina.
Pero estaba claro que el ultraliberal economista se encontraba aislado en el nuevo Gobierno y sería incapaz de imponer su programa. Además de Fiódorov, perdió su puesto Víktor Jristenko, otro viceprimer ministro de los tiempos de Kiriyenko, que supervisaba los problemas económicos y que es considerado un reformista decidido.
Vieja guardia
A pesar de la profunda crisis económica que vive Rusia, Primakov declaró ayer que no se apresurará en llenar la vacante dejada por Alexandr Shojin, que el viernes pasado dimitió como viceprimer ministro responsable de macroeconomía en protesta por la confirmación de Mijaíl Zadórnov como titular de Finanzas. Por el momento, todo parece indicar que la voz cantante en materia económica la tendrán los economistas de la vieja guardia, ante todo, el comunista Yuri Masliukov, número dos en el Gobierno de Primakov.Zadórnov, mientras tanto, hizo anteayer un llamamiento al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que entregue a Moscú el segundo tramo -4.300 millones de dólares, unos 615.000 millones de pesetas- del crédito acordado en julio pasado. Ese dinero permitiría "equilibrar el cuarto trimestre del presupuesto y no recurrir a la emisión" de dinero, señaló Zadórnov.
Pero Michel Camdessus, el director del FMI, dejó claro el fin de semana pasado que el Kremlin no recibirá en los próximos días ese segundo tramo y una vez más advirtió a Rusia que no debe poner en funcionamiento la máquina de hacer billetes. "No deben hacerse ilusiones y pensar que podrán resolver sus problemas con una política monetaria relajada. No podrán solucionar los problemas bancarios imprimiendo billetes", declaró Camdessus.
Y Martin Gilman, el jefe de oficina del FMI en Moscú, dijo ayer que no es posible realizar una "emisión controlada" de dinero, que es lo que proponen los economistas de la vieja escuela.
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