Los principales fabricantes de coches auguran una fuerte caída de las ventas
ENVIADO ESPECIALSe acabó la euforia en el sector del automóvil. Los grandes fabricantes instalados en España coinciden en que se está produciendo una caída de las ventas. "En los últimos 20 días de septiembre el crecimiento de las matriculaciones ha sido del 6%, frente a un crecimiento anual del 15%", afirma Juan José Sanz, presidente de Opel España, filial de General Motors.
Pierre-Alain Smedt, presidente del Comité Ejecutivo de Seat, señala que "la desaceleración se verá más clara en la próxima primavera y tendrá tonos de crisis a lo largo del año 2000". Las grandes marcas concentradas en el Salón Mundial del Automóvil de París ya reconocen que en el conjunto de Europa la caída es del 3%, según la patronal europea. Lousi Schwitzer, presidente de Renault, confirma que el sector se encuentra en puertas de una crisis mundial. Opel España no renuncia a mantener su firme apuesta en Zaragoza, aunque quiere afrontar la crisis acentuando el traspaso de sus plataformas industriales a los proveedores. Opel está negociando con sus proveedores tradicionales la cesión a una empresa auxiliar de una nueva planta que se instalaría probablemente en Soria -con una inversión aproximada de 3.000 millones de pesetas e importantes subvenciones de la comunidad de Castilla y León-, en la que se fabricarían las distintas gamas del Corsa. La externalización de los montajes no ha sido confirmada de forma oficial por Opel aunque se da por hecha en medios del sector auxiliar. El caso de Ford, que ha anunciado 1.500 despidos en Almusafes (Valencia), tiene más que ver con una drástica reducción de los costes variables.
El caso de Volkswagen resulta menos conflictivo por cuanto "la capacidad productiva de la filial española, el grupo Seat en Martorell (Barcelona), está muy saturada y nosotros producimos incluso más de lo que nos permiten nuestras instalaciones", afirma Pierre-Alain Smedt. Seat produce más de 2.200 coches al día, lo que supone un 50% más de lo planificado cuando se inauguró su factoría en 1993. La euforia que vive la filial española del consorcio alemán Volkswagen tiene además un reflejo claro en sus cuentas: récord de ventas en 1997 con 774.000 millones de pesetas, ingresos de 850.000 millones de pesetas y beneficio superior a los 11.000 millones.
Erigidos en portavoces ocasionales de los grandes fabricantes internacionales instalados en España, Juan José Sanz, de Opel, y Smedt, de Seat, coincidieron en exigir al Gobierno del PP que cumpla su promesa de acabar con el impuesto de matriculación en España, homologando así este mercado al resto de la UE.
La reunión de París ha certificado dos cosas: el fin del ciclo expansivo por efecto de la crisis financiera internacional y la hegemonía de las marcas europeas, en contraste con el descalabro de los fabricantes japoneses y coreanos. Los grupos franceses PSA y Renault, con instalaciones muy potentes en Vigo y Valladolid, respectivamente, mantienen que su crecimiento no se verá afectado por la caída de las ventas en España y Europa. PSA crecerá en facturación un 25% fuera del continente y más de un 15% en Europa.
En el Salón Internacional de París la fortaleza de las marcas europeas tuvo su fiel expresión en las declaraciones de Jurgen Scheremp, presidente del grupo Daimler Benz, eufórico tras la compra reciente de Chrysler.
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