Navarra aprueba la reforma fiscal y los Presupuestos para 1999
El Gobierno de Navarra aprobó ayer dos importantes proyectos económicos que le brindarán un destacable respiro parlamentario en la recta final de la legislatura, dada su situación minoritaria en la Cámara legislativa. Por un lado el Gabinete que preside Miguel Sanz aprobó el anteproyecto de Presupuestos para 1999. Recoge un gasto de 339.851 millones de pesetas, que supone un incremento del 6,5% respecto al actual ejercicio. Por otro lado, el Ejecutivo dio el visto bueno a la redacción definitiva de la accidentada reforma fiscal pactada por los regionalistas con Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN). Un texto con una reducción impositiva media del 9% que convertirá a Navarra en la región española con menores tipos marginales de IRPF: entre un mínimo del 15% y un máximo del 47%. Si la reforma fiscal tiene garantizada ya su reválida parlamentaria con la mayoría absoluta en la Cámara que le otorga el apoyo ya obtenido de CDN, el documento presupuestario debe todavía ser objeto de negociación parlamentaria con el partido que preside Juan Cruz Alli. Antes de ser enviado al Parlamento, el anteproyecto deberá ser estudiado por el Consejo Económico y Social de Navarra, que emitirá el preceptivo informe no vinculante. Pacto de legislatura El objetivo final de UPN es el de negociar un pacto de legislatura más amplio con CDN que le permita romper el cerco parlamentario al que le han sometido durante todo este año la izquierda y las fuerzas nacionalistas de la Cámara, sobre todo tras la renovación de la dirección de los socialistas navarros que decidieron romper sus pactos con la derecha y trabajar por un cambio de gobierno en las elecciones autonómicas del próximo año. De momento, la reforma fiscal que proponían los regionalistas se ha quedado en una simple rebaja de tipos duramente criticada por la oposición. Ayer mismo los portavoces del PSN-PSOE, Juan José Lizarbe, e IU-EB, Félix Taberna, insistieron en que es una reforma fiscal regresiva, que beneficia a las clases más favorecidas y detrae unos recursos económicos (los firmantes aseguran que no superiores a 7.000 millones, aunque IU dice que serán al menos 10.000) del presupuesto de la comunidad que son necesarios para mantener diversos servicios a sectores amplios de población. A falta de formalizar su firma, el capítulo del IRPF parece sentenciado y se abre la batalla presupuestaria. De la negociación con CDN se deduce la voluntad del partido de Alli de apuntalar al Ejecutivo de Sanz en los que serán últimos presupuestos de la actual legislatura. Las tradicionales malas relaciones personales de sus dirigentes, especialmente entre Alli, Miguel Sanz y el portavoz gubernamental, Santiago Cervera, parecen haber mejorado en los últimos meses, sobre todo por la necesidad imperiosa de UPN de alcanzar pactos con los convergentes si no quiere ver prorrogados los actuales presupuestos.
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