Los farmacéuticos de Madrid reciben una carta del colegio para que no vendan EPO
La EPO dejó de venderse en las farmacias de Madrid con la velocidad estrepitosa con que los colegios de farmacéuticos y la Consejería de Sanidad anunciaron la apertura de sendos expedientes de investigación. La noticia (véase EL PAÍS del domingo) de que la EPO, hormona científicamente conocida como eritropoietina, se vendía sin control, impulsó el lunes al Colegio de Farmacéuticos de Madrid a enviar una carta a sus colegiados en la que se les adjuntaba la fotocopia del artículo de EL PAIS titulado "La EPO se vende sin control en las farmacias españolas".
"¡No!, eso no lo podemos vender sin receta porque el Colegio se ha puesto muy exigente después del lío que se ha montado", explicaba ayer un farmacéutico del barrio madrileño de Argüelles ante la solicitud de compra de Eprex. Ayer los almacenes no distribuían Eprex por agotamiento de existencias, decían los farmacéuticos. El gremio está alertado sobre la naturaleza de ese producto tan caro que sirve para tratar las anemias de enfermos renales: es de exclusivo "uso hospitalario", y contiene la hormona de moda en el dopaje, la que escandalizó al mundo del deporte durante el último Tour. "No podemos pedirlo al almacén si no tenemos una receta sellada por la Seguridad Social", apuntaba el farmacéutico de Argüelles [falso: la EPO no es reembolsable por la Seguridad Social]. Otro colega suyo, en la calle de la Princesa, acertaba de lleno en la verdadera naturaleza del producto en cuestión: "Esto no se puede vender en farmacias ni siquiera con receta porque es un medicamento de uso hospitalario". Pero la mayoría de los farmacéuticos visitados se confunde: creen que basta con una receta médica para habilitar la venta en farmacias cuando la Ley del Medicamento exige que estos productos de "uso hospitalario" se vendan, salvo excepciones, directamente a los hospitales.
La Comisión Nacional Antidopaje no ocultó su preocupación. Uno de sus miembros habló de "actuación alegre de las farmacias". Otro de "flanco débil de la lucha contra el dopaje".
Entretanto, el Colegio de Farmacéuticos de Madrid inició una investigación, aunque prefiere mantener el procedimiento en secreto. Pero el poder de sancionar corresponde a la Consejería de Sanidad de Madrid. Su director General, Antonio Barba, explicó que "las farmacias que han vendido EPO cometieron una infracción grave de la Ley del Medicamento", por lo que se ha abierto un expediente informativo. Barba explica las razones de su actuación: "En ningún caso la farmacia puede vender EPO al público. Es una cuestión de ética y ahora vamos a actuar en conjunto con los colegios". La tarea, según Barba, será ardua y basta con repasar los números. "Es difícil controlar la venta de medicamentos por el volumen de trabajo que tenemos. Esto no es Castlilla-La Mancha, en Madrid hay 2.500 farmacias".
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